El director y creador del Festival de Cine en la Calle de Arriondas, Miguel Ángel Aramburu, recibió ayer un emotivo homenaje por parte del Ayuntamiento de Parres con motivo del vigésimo aniversario de una iniciativa cultura que cada año cosecha un gran éxito de público durante el mes de agosto en la plaza García Dory de la capital del concejo.

El propio alcalde de Parres, el socialista Marcos Gutiérrez, fue el encargado de hacer entrega a Aramburu de un placa en la que reza la siguiente inscripción: "A Miguel Ángel Aramburu Melero por 20 años enseñando a amar el cine". Especialmente emocionado estuvo el padre del homenajeado, el lagarero Basilio Aramburu, que no quiso perderse un día tan especial para su hijo.

Aramburu, de 55 años, aprovechó el homenaje, que aseguró vivir "con honor y agasajo", para agradecer la colaboración recibida por personas como el ya fallecido Maxi Tereñes o la asociación "Llar de Sones" para recuperar una iniciativa que, recordó, había tenido una etapa anterior a esta segunda de veinte años. "Comenzamos en 1983, pero mis obligaciones profesionales en el lagar familiar me forzaron a realizar un paréntesis", recordó.

De igual forma no quiso restar importancia al reconocimiento, si bien aseguró que el mayor premio obtenido durante todos estos años por el festival callejero es "la masiva y continuada respuesta del público año tras año" y se refirió especialmente hacia los niños.

"El cine debe ayudar a crear una sociedad más justa y solidaria y por ello es importante que desde pequeños este nos sirva a crecer interiormente", dijo, además de apuntar al séptimo arte como "el que resume todas las artes" y lamentar inexistencia de salas de cine en las alas de la región. "Es triste que muchos niños lleguen a la adolescencia sin haber ido a una sala", apuntó.

Por su parte, el cronista oficial de Parres, Francisco Rozada -que participó también en el homenaje junto al concejal Álvaro Palacios y los amigos de Aramburu, Sergio Suárez y Fran Longoria- se refirió a Aramburu como una persona "culta, polifacética y muy querida", mientras el alcalde reconoció que el objetivo fue "agradecer 20 años de compromiso desinteresado, para que siga otros tantos por los menos". Un guante que Aramburu recogió e incluso mostró su intención de ampliar el festival a todo el año y con proyecciones en las escuelas.