Una cueva virgen localizada cerca de Avín, en el municipio de Onís, por el vecino Miguel Gómez alberga un gran número de grabados de figuras zoomorfas y trazados con formas geométricas presuntamente de origen prehistórico. La información ya obra en poder de la consejería de Cultura, que deberá estudiar a fondo la cueva y certificar la autenticidad de los grabados de toda clase de animales que, a simple vista, existen en este lugar. La gruta no aparece en la carta arqueológica del municipio de Onís, está orientada hacia el sur y a una altura sobre el nivel del mar de unos 700 metros.
Como siempre en este tipo de hallazgos la suerte ha jugado un papel fundamental. Miguel Gómez, inspector jefe de la Policía Local de Llanes, se encontró sin querer con lo que aparentemente parece un bestiario sorprendente. Fue a última hora de la tarde del pasado martes cuando caminaba tranquilamente por la zona en compañía de sus perros. Entre los pastizales donde campan a sus anchas vacas y cabras se percató de la presencia de la citada cueva y se introdujo en su interior por curiosidad. La entrada, con unas piedras naturales en forma de pequeños escalones, invitó a que lo hiciese con relativa comodidad.
"Da la impresión de que hay bichos por todas partes", explicó el onisense. Ayer, tras dar el pertinente aviso a Cultura a primera hora de la mañana, volvió de nuevo a la cueva por la tarde. Gómez describe con claridad los grabados incrustados en diferentes zonas de la gruta, tanto en su parte exterior como interior. "Aparentemente hay trazos que podrían ser signos tectiformes y figuras de cabras, ciervos, caballos y bisontes, entre otros", explica. Tomo una fotografía con una cámara réflex que llevada consigo el pasado martes, cuando localizó la cavidad. La falta de luz a la hora en que se introdujo en la cueva dificultó el enfoque de la imagen. Su sorpresa fue mayúscula al ver la foto a través del ordenador, pues los trazos aparentemente no naturales que había identificado en un primer momento en las paredes se multiplicaron ofreciendo curiosas formas. "A mi modo de ver se ven perfectamente varios animales por los ojos, las patas y los cuernos. Los trazos se superponen unos encima de otros y dependiendo de la perspectiva desde donde se observen se ven diferentes figuras", explica el descubridor de la cavidad. Los posibles grabados se completan con manchas rojizas sobre algunas partes de las paredes que podrían ser pigmentos.
Los posibles hallazgos en este cavidad se sumarían a los recientes localizados en Pruneda y Sopeña, cuevas ambas situadas también en el municipio de Onís. En Pruneda la comunidad científica certificó la presencia de pinturas con forma de ciervo y tres cabras del periodo paleolítico, analizadas y estudiadas por el equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial de Avín. También se han localizado en la misma gruta varios grabados prehistóricos. El Cuevón de Pruneda, como también se denomina a este lugar, era conocido por los lugareños desde hace muchos años, pues una zona de la cavidad se utilizó para guardar ganado, y en el interior se maduraron quesos durante siglos. En la cueva de Soterraña se han hallado importantes restos arqueológicos durante las campañas dirigidas desde hace años por Ana Pinto.
A falta de que se lleve a cabo en esta cueva un profundo estudio científico por parte de los especialistas, Miguel Gómez prefiere ser cauto y no lanzar las campanas al vuelo. "Ojalá se trate de un santuario del paleolítico superior y de un yacimiento muy importante", asegura. En el interior de la cavidad tan sólo entran las cabras que pastan por los alrededores. Sus excrementos invaden la práctica totalidad del suelo de la cueva, en cuyo interior podría esconderse un destacado tesoro prehistórico.
