La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Parres, pueblo a pueblo

Romillo, escaparate del camín de la Reina

Con sus fachadas y su patrimonio renovado, la localidad aspira al premio "Pueblo ejemplar" del concejo

Romillo, escaparate del camín de la Reina

Hablar de Romillo, o Romiyu según la toponimia oficial, es hablar de prosperidad. Donde hace poco más de una década había cuadras y tenadas medio cayendo, hoy se emplazan imponentes casas de fachadas renovadas a las que se llega por una carretera recién asfaltada.

Perteneciente a la parroquia de Santa María de Viabaño, Romillo comparte fiesta y capilla con Ozanes, tal como explica María Antonia Cueto: "El 10 de agosto sacamos de su capilla la figura de San Lorenzo con la parrilla como símbolo de su martirio", cuenta esta vecina de 77 años que lamenta la enorme cantidad de grietas que tiene el edificio. Aunque la capilla, de estilo barroco, data del siglo XVIII, poco queda de la antigua construcción, que según el cronista oficial de Parres, Francisco Rozada, fue reconstruida tras la Guerra Civil sin el arco de entrada en piedra. Cuentan los vecinos que el actual altar y la campana "son cosa de don José Estrella, cura madrileño que veraneaba aquí".

Un revoque de cemento situado junto a la capilla indica el sitio exacto en el que antiguamente se emplazaba el depósito del agua, que bajaba del manantial de Chiflones "dejando a su paso todo del color del hierro ", en palabras del residente José Manuel Moure, para distribuirse por cinco fuentes del pueblo. Junto al edificio religioso pasa el camín de la Reina, ruta de 11 kilómetros que sale de Soto Dueñas y llega hasta el puente romano por la margen derecha del río. Aunque, según Moure, "sólo hay 25 casas abiertas durante todo el año", en verano pierde la cuenta del número de visitantes que se acercan a Romillo para hacer la ruta y " disfrutar de las mejores vistas de la falda del Sueve y del Pico Pienzu", puntualiza.

La ganadería, principal motor económico antaño, se encuentra en horas bajas, tal como denuncia Germán Martínez, de 87 años. "Vienen las vacas de un par de personas que no son del pueblo a limpiar los prados y poco más", explica. "Las castañas se pierden por los caminos y el molín de Miguel Díaz hace tiempo que no funciona", comenta este ebanista retirado que vive en la calle de Arriba, uno de los cinco barrios en que se divide el pueblo. Los otros son Calle Nueva, Calle de Abajo, La Sapera y el Puntual. En este último, llamado así porque "cuando los vecinos jugaban a las cartas tenían que ser puntuales si querían participar, se estableció el madrileño Francisco García, dueño del único bar-tienda del pueblo."Estámos en plena naturaleza y a 20 minutos de la playa, de los Picos, de Covadonga y del hospital de Arriondas", destaca este enamorado de Romillo. En la misma línea se expresa José Manuel Cueto, aficionado a la pesca, cuya ilusión es "presentarse a 'Pueblo ejemplar' de Parres el próximo año porque lo merecemos". Su lugar favorito es la zona del río Mampodre, donde se encuentra una piscifactoría.

Romillo cuenta con más de ocho hórreos y paneras, algunas del siglo XVI, con esquinas enterizas, que son el orgullo de sus vecinos, aunque la falta de subvenciones imposibilita en muchos casos su rehabilitación. La de Elisa Fernández, que tiene 200 años, lleva grabado en los laterales de la construcción los nombres de varias generaciones de residentes que quisieron inmortalizar su paso por el pueblo.

Compartir el artículo

stats