Veinte años han tenido que esperar los vecinos de Camarmeña, en Cabrales, para ver como la carretera que accede al pueblo era objeto de una obra de acondicionamiento. Y es que desde que concluyó su construcción, en 1995, jamás se había acometido reparación alguna, lo que unido a su elevada pendiente, a la sucesión de heladas en invierno y al paso de cientos de vehículos en verano habían convertido la carretera en un auténtico infierno para los usuarios.

El viceconsejero de Administraciones Públicas, Álvaro Álvarez, y el director general de Administración Local, José Balmori, visitaron ayer la carretera, cuya reparación, a cargo de la empresa Aglomerados y Obras del Oriente, supuso una inversión de 53.000 euros.

La obra, según explicó Balmori, pudo acometerse gracias a las bajas registradas en la adjudicación de otros proyectos, pues no estaba presupuestada. La actuación del Principado, de carácter urgente, respondió a la petición del Ayuntamiento de Cabrales y a la constatación del "estado lamentable" de la carretera, indicó Balmori.

La carretera se construyó entre 1994 y 1995 y supuso el primer acceso rodado para Camarmeña, un pueblo que hoy tiene 12 habitantes y al que hasta entonces sólo se llegaba a a pie, por senderos con elevadísimas pendientes.

La obra ejecutada en un mes incluyó la mejora del firme, mediante una capa doble de riego asfáltico, y la construcción de 30 metros de cuneta y 60 de bionda. La obra no ha contentado a todos los vecinos, pues hay quien pide más quitamiedos, y cunetas en toda su longitud.

El alcalde de Cabrales, Carlos Puente, se mostró satisfecho con la obra ejecutada, pero añadió que demandará al Ejecutivo una nueva actuación para colocar más quitamiedos.