Construir una pista de aterrizaje para avionetas en la finca de 36 hectáreas que rodea al palacio de Nevares. Es la opción que barajan el mexicano Tomás Álvarez Aja y Antón Puente, propietarios del que será el primer parque temático rural de España. El objetivo de esta iniciativa es el de atraer turistas extranjeros. "En Francia, por ejemplo, hay aproximadamente en el mercado 200.000 avionetas y está sólo a dos horas de aquí, por lo que puede ser un negocio muy interesante", explicaron los empresarios. Aunque en el proyecto inicial se contemplaba que el hotel, de cuatro estrellas, contara con hasta 15 habitaciones, el arquitecto Félix Gordillo optó por reducirlas a tres: "una de algo más de 30 metros cuadrados y las otras dos alrededor de 27 para no desvirtuar el espacio y mantener la esencia del siglo XV de la torre", explicó con la ayuda de una maqueta. Alejar la carretera del edificio histórico es otra de sus intenciones "para que así pueda contemplarse desde lejos y luzca más".

"El negocio está en los 200 metros cuadrados de planta del edificio que se utilizarán como lugar de reunión de empresas en el Oriente, donde se podrán celebrar conferencias y banquetes", explicaron los promotores. Un hípico y una explotación agroganadera en la que se criarán ejemplares de razas autóctonas tales como gochos asturceltas serán otras de las instalaciones. En los jardines exteriores, "diseñados al estilo de los de Panrico en Luarca", se plantarán viñedos con variedades de uva blanca, como la albarín de Cangas.

La idea de elaborar vino propio se le ocurrió a Tomás Álvarez en un viaje a Nueva Zelanda, donde comprobó que había un clima tan lluvioso como en Asturias y aún así gozaban de grandes cosechas. El enólogo Pepe Hidalgo estudió las características fisico-químicas y edafológicas del suelo y constató la idoneidad de la tierra para cosechar vino blanco. Se estima que un 10 por ciento de las 36 hectáreas puedan dedicarse al cultivo de pomaradas y viñedos, por lo que se instalará una bodega y un lagar para elaborar vino y sidra propios en una nave industrial situada a pocos metros del complejo.

La reforma del palacio, que requiere autorización de Patrimonio, será supervisada por historiadores y arqueólogos. Como se pretende la construcción de un aula interpretativa del edificio y de su entorno, los promotores han pedido al Ayuntamiento la colaboración de Francisco Rozada, cronista oficial de Parres, dada la amplia información que maneja sobre la zona.