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San Juan es el origen

El pueblo que da nombre al concejo acaba de fundar la Asociación de Vecinos "Fuente la Viña"

Andrés García y Pelayo Peruyera juegan delante de la iglesia de San Juan de Parres. C. CORTE

Daniela y Pelayo Peruyera, de 7 y 4 años, todavía no saben que el pueblo en el que viven, San Juan de Parres, dio nombre a su concejo, según defiende Álvaro Galmés de Fuentes en el prólogo de "El libro de Parres. Arriondas", escrito por Alejandro Miyares Fernández. Tampoco saben que con 582 habitantes en 1826 fue la parroquia más numerosa de todo el concejo. Coinciden en que su pueblo "es el mejor porque tiene animales y setas" y a pesar de su corta edad conocen cada barrio: El Llugar, donde todavía tiene su casa Luis Ricardo Alonso, escritor finalista del premio Nadal en 1971, quien ejerció de embajador para Fidel Castro; Vixili, donde van en busca de setas; o La Prida, donde se conserva el Palacio del Robléu, antiguo monasterio que desde hace 30 años habita Ángel Osorio.

La construcción conserva en un lateral un antiguo escudo que reza "Soy de la casa González". "Me lo quisieron comprar en varias ocasiones pero me negué. Si te fijas junto a la cruz puedes ver vestigios de antiguos proyectiles de cuando la guerra", afirma Osorio. Los niños sólo ponen una pega a su pueblo: falta un parque donde jugar. Para solucionar esta demanda hace dos meses varios residentes constituyeron la Asociación de Vecinos "Fuente La Viña", presidida por Teo Álvarez. "Solicitamos al Ayuntamiento unos terrenos públicos cercanos a la iglesia para acondicionar un área recreativa", explica. No es el único ejemplo de asociacionismo del lugar, cuya parroquia abarca: Bada, Lago, Parres, Prestín, La Roza, San Martín de Bada y Vallobil.

En verano se hicieron sextafeiras para recuperar caminos como Fuente La Viña y La Fuente Cima. Desde que en 1967 se materializó la traída de aguas, los vecinos se encargan del abastecimiento, y para mejorar la gestión hace un año crearon la comunidad de usuarios del agua "Güeyu Prietu", que recibe su nombre de una riega. La preside el alcalde pedáneo, José María Peruyera Solares, residente en El Llugar. Desde su casa goza de vistas privilegiadas: "Al norte veo la sierra del Sueve y el picu el Arbolín, al sur la sierra de Faces cuyo pico más alto es la Cogoya y al fondo los Picos de Europa nevados".

A pocos metros de su casa se encuentra la antigua vivienda de los artesanos fallecidos Juan y Manolo García Cabrales, "famosos en la comarca entera por la calidad de los carros del país que fabricaban debajo de un hórreo en el Canellón hasta los años 70", apunta. La abundancia de castaños, robles, ablanos y nogales impulsó el oficio ya extinto de madreñeros y cesteros en el pueblo, que hoy en día vive principalmente del turismo y los hoteles y casas rurales", afirma. Aunque no entiende mucho de cestos, Melissa Sadie Wrigth sí sabe de arte y desde hace 4 años está afincada en San Juan porque el lugar tiene "un paisaje y una luz inspiradora".

Uno de los días más especiales para el pueblo es el 24 de junio, día de San Juan. La noche antes se crea una joguera y se procede a la quema del maizón. La iglesia, de finales del siglo XVII y estilo barroco acoge en esa fecha una misa. La construcción, restaurada en 1851 destaca por su torre-campanario. No es la única construcción religiosa del lugar, que cuenta con la capilla de San Gil, cuyos santos fueron quemados durante la guerra o la capilla de Santo Domingo.

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