Cuarenta puntos de sutura en la pierna izquierda y nueve en la cara. Ese es el resultado del ataque que un jabalí propinó a un cazador la mañana del pasado sábado en la zona de Mañanga, en Llanes. El experto cazador Lucas Fernández Piquero, de 47 años y vecino de Posada, se vio sorprendido por el animal de 80 kilos de peso cuando se disponía a recoger los canes que estaban participando en la batida.

"Los perros le habían cansado pero no habíamos podido atraparle. Estaba recogiendo a los perros cuando vino hacia mí y se ensañó con la pierna. Lo pasamos mal", recuerda Fernández. Mientras estaba siendo atacado intentó reducir con una navaja al animal, que también atacó a otros dos cazadores y dejó malherido a uno de los canes de la cuadrilla. Fueron necesarias cuatro puñaladas y tres disparos para reducir al animal. Fernández Piquero contaba ayer la historia a los clientes del bar que regenta en Posada de Llanes. Asegura que jamás había tenido un incidente parecido en los años que lleva cazando. "Llevo en esto desde que era un críu y nunca me había pasado nada parecido. Hace una semana, en la zona del Barracón, en Ardinasa, otro jabalí que teníamos acorralado se vino a mí, pero pude reducirle", explica.

El cazador, integrante de la cuadrilla Cuanda, perdió abundante sangre durante el suceso. "Al principio no me di cuenta de que estaba herido. Fueron mis compañeros los que me dijeron que tenía el pantalón empapado de sangre y roto. Si no llego a pinchar con la navaja al jabalí todavía me está dando", manifiesta. A la cuadrilla le sorprendió la actitud del jabalí. "Atacó cuando nos escuchó hablar, a los ladridos de los perros no atendía. Fue cuando me escuchó hablar con mis compañeros cuando se me abalanzó. Jamás había visto nada parecido", sentencia.

Dada la aparatosidad de las cuatro heridas en la pierna izquierda fue trasladado al centro de salud de Llanes, donde fue derivado por los facultativos que le atendieron, al hospital comarcal de Arriondas debido a la profundidad de las dentelladas que el jabalí le propinó con los colmillos. También fue muy aparatosa la herida en el pómulo derecho. "Si te llega a coger el cuello allí te deja", espetó a Lucas Fernández un cliente del bar. Pese al incidente, Fernández ya piensa en salir de nuevo a cazar. "Tengo que estar muy pendiente de las heridas, pues me dijeron los médicos que es fácil que puedan infectarse. Los cuatro cortes en la pierna eran tan profundos que incluso se veían los músculos. Espero poder salir a cazar el próximo fin de semana, aunque sólo sea para estar con los perros. Lo que nos pasó fue algo extraordinario, el jabalí se obsesionó con nosotros", explicó el cazador.