Convertir plátanos en teclas de piano, diseñar a medida un videojuego o crear un androide son algunas de las cosas que aprendieron este cuatrimestre los seis alumnos de entre 7 y 12 años del colegio Reconquista de Cangas de Onís que participan en la actividad extraescolar de programación y robótica impartida por el desarrollador informático Luis Toyo y organizado por la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro.

"Para un niño, programar es un juego que le ayuda a entender mejor el mundo que le rodea y le enseña a pensar y a resolver problemas mejor en la vida real", explica el profesor, que defiende que la programación debería ser obligatoria en la enseñanza como va a ocurrir en el Reino Unido a partir de septiembre. "No necesitamos nativos digitales, sino creativos digitales", explica Toyos, que lamenta que las limitaciones tecnológicas del profesorado se trasladen a los alumnos.

Programar un videojuego, según cuenta Jorge Oliver, es tan sencillo como hacer un puzle. Este alumno diseñó el suyo propio, consistente en esquivar obstáculos, con el "scratch", herramienta que permite crear animaciones desde la web. "Se arrastran bloques como si fueran piezas de un rompecabezas y juntas crean una cadena de códigos que indican al muñeco cierta acción", cuenta. Gracias al "makey makey" no necesita usar un teclado convencional. Este dispositivo hace creer al ordenador que cualquier cosa que se le conecte a través de un cable con unas pinzas es un teclado, por lo que para dirigir al protagonista del videojuego le basta con tener a mano unas manzanas.

La robótica es otra parte fundamental del curso, explican Teresa Yuste y Lucas Rodríguez, quienes con dos motores, dos sensores de infrarrojos, ocho pilas, cables y un arduino crearon su propio androide, un robot azul capaz de avanzar por los tramos que ellos le marcan con cinta negra a modo de vía. Los movimientos del creado por Sofía Prieto y Jorge Oliver incluso se pueden controlar a través del móvil gracias al bluetooth.

"Como es tan novedoso, hay pocos críos, pero seguro que el próximo cuatrimestre se animan más", dice Noelia Sánchez-Reseco, miembro de la AMPA, que también promueve actividades como diseño gráfico por ordenador, ciencia creativa y teatro.