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Muere a los 102 años en el hospital de Arriondas la abuela de Biedes, Filomena Posada

La mujer era famosa por su salud de hierro y por cuidar a diario de su huerto

Filomena Posada, con su "fesorina", en su huerto de Biedes en 2012. LNE

La conocida como la abuela de Biedes, Filomena Posada, falleció el pasado miércoles a los 102 años de edad en el hospital de Arriondas tras varios meses en los que su salud de hierro se vio progresivamente dañada por una neumonía que se le detectó el pasado verano.

Filomena Posada era una persona entrañable, abierta y cariñosa que contaba con una gran popularidad en todo el concejo, pues durante muchos años tuvo un puesto en la plaza de abastos de Infiesto en el que primero empezó vendiendo caldo y después ya ofertó todo tipo de productos de la huerta.

Soltera de toda la vida, aunque confesaba haber tenido un novio que fue fusilado en la guerra, tenía en su huerto de Biedes su lugar de recreo favorito. Todavía después de haber cumplido los cien años, Posada continuó trabajando la tierra, a su ritmo, con su inseparable azada a la que se refería como "fesorina".

El paso de los años no hizo ni mucho menos que perdiera el buen humor, gracias en gran medida al excelente estado de salud del que gozó hasta casi el final de su vida. Su secreto de la eterna juventud era el trabajo, el agua de la fuente de Rieces y el buen comer. "Como de todo, pero lo que más me gusta es el chorizo y la morcilla", confesó cuando recibió a LA NUEVA ESPAÑA con motivo de su cien cumpleaños en el verano de 2012. Además, reconocía que de vez en cuando se tomaba una copa de vino.

Su excelente estado físico siempre estuvo acompañado de una excelente cabeza. Prueba de ello son las historias y anécdotas que solía recordar con sus sobrinos. "En verano estuvimos por Llanes y nos contó varias anécdotas con gente de allí con pelos y señales", rememoró ayer durante el velatorio su sobrina Ana, que no oculta su admiración por una mujer que siempre estuvo cargada de vitalidad. "En los últimos meses me decía con total entereza que no quería morirse", relata la sobrina.

A pesar de su longevidad, esta mujer, que en 2012 recibió una placa del Ayuntamiento por su centenario, era muy querida por todas las generaciones de Biedes y muchos de los pueblos vecinos. Prueba e ello fueron las muchas personas que ayer pasaron por su velatorio y que acudieron al funeral celebrado en Infiesto.

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