La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un manitas contra el paro juvenil

Luis Ángel Fernández está decidido a emprender desde su aldea de Colláu l'Andrín: "El campo es de lo poco que tiene futuro"

Luis Ángel Fernández, "el de Canalón", en Cangas de Onís. J. M. CARBAJAL

La situación laboral para los jóvenes menores de 25 años en Este país no es demasiado halagüeña en estos precisos instantes. Pese a ello, también hay gente joven con mucho ánimo de emprender por su propia cuenta y riesgo, con intención de aventurarse en iniciativas empresariales ligadas al sector agrícola y ganadero, tras ganar cierta experiencia.

El cangués Luis Ángel Fernández Barrigón, de 25 años, natural de Cangas de Onís, es uno de esos jóvenes dispuestos a tener su propia empresa en 2015, en su caso dedicada a la reparación de todo tipo de maquinaria de jardinería, agrícola y forestal. Ángel "el de Canalón" lleva prestando servicios desde los 17 años en un taller especializado, en Caovilla, en Sotu Cangues, y ahora, después de meditarlo con calma, se independizará para abrir su propio negocio.

Atrás quedan sus estudios en las Escuelas Públicas Vázquez de Mella, el colegio Reconquista y el IES Rey Pelayo, donde sacó adelante el módulo de Formación Profesional de la especialidad de mantenimiento de máquinas. Con esa formación, Luis Ángel encontró su primer oportunidad laboral en un taller que le llevó a trabajar por varios pueblos de la comarca. Con anterioridad, mientras estudiaba, aprovechó algún verano y fines de semana para inmiscuirse en el gremio de la hostelería.

Sin embargo, aquello no era su futuro, aunque le valió pasa ganarse algún dinerillo para sus gastos. Eso sí, su gran ilusión era llegar a montar su propia empresa vinculado a la reparación de maquinaria agrícola y forestal.

Aficionado a la pesca del salmón y de la trucha protagonizó una gran anécdota en la campaña de 2005 cuando ayudó a su progenitor, Ángel Fernández Soto, motejado "Canalón", a capturar el "campanu" del Narcea (11,9 kilos de peso), ejemplar que, tras rechazar una suculenta oferta, acabaron regalando a la entonces Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, después de llevarlo a Sardéu (Ribadesella) al domicilio de Menchu Álvarez del Valle, abuela de la ahora Reina de España.

"La pesca la tengo un poco aparcada. Hay que volver a la pesca tradicional, a la de toda la vida. Nada de cotos parciales y un solo día de descanso a la semana, como se hizo siempre, antes de que se aplicaran las actuales restricciones", puntualiza Luis Ángel Fernández, igualmente un gran apasionado de la pesca de la trucha. También vive con pasión la caza, en el coto gestionado por La Parraguesa, en calidad de montero, con sus tres canes de raza azul de Gascuña".

"Me gusta más montear que cazar", asegura. Y es que abatió su primer jabalí con tan sólo 16 años, en la zona de Granda (Parres), formando parte de la partida de tiradores de Ramsés Martínez. Después, a lo largo de tres temporadas, logró tumbar otros diez suidos más con la cuadrilla de "Milión, el de Tospe". Aparcado el rifle, le despertó la vena de las monterías con sus sabuesos galos y ahí sigue cada vez que se le requiere.

Como muchos otros chavales cangueses jugó en el Cánicas AC, en la etapa infantil y cadete, a las órdenes del entrenador Luisón y con Conchita Sarmiento como presidenta del club. Lo dejó pronto, sin llegar a formar en el conjunto juvenil. Probó con otra disciplina deportiva, el ciclismo de carretera, pero no como federado, sino más que nada como mero entretenimiento.

Ángel "el de Canalón" reside en la aldea de Colláu l'Andrín, donde tiene sus raíces paternas, en término de la Huera de Dego (Parres), pero a escasa distancia de Cangas de Onís, junto a su compañera Vanesa Rojo Préstamo, "Vane", oriunda de Sevares (Piloña), con la que tiene un hijo, Rodrigo Fernández Rojo, que cumplirá 3 años el próximo 31 de marzo.

Curiosamente, es el primer "peque" asentado en Colláu l'Andrín, desde hace más de cinco lustros, aldea en la que viven, habitualmente, tan sólo once vecinos.

"Pese a la crisis, el sector del campo puede ser en estos instantes uno de los pocos con futuro. Las subvenciones que perciben las gentes del campo son un estímulo importante, mientras no las quiten", asevera Luis Ángel Fernández, quien compagina su actividad profesional de reparar maquinaria con la atención que presta, pese a tratarse de un "hobby", a unas pocas vacas carreñanas, gochos, conejos, gallinas, conejos, algún caballo, etcétera, que posee en su hacienda del Colláu l'Andrín, a salto de mata entre Parres y Cangas de Onís, con el río Sella de por medio.

Compartir el artículo

stats