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El impacto del argayo de Arobes en las comunicaciones

El argayo de la resignación

Los vecinos y los transportistas lamentan que la carretera nacional vaya a estar cerrada cuatro meses en Parres, pero asumen las molestias si se mejora la seguridad

El argayo de la resignación

Cuatro meses para la resignación y la esperanza de que la espera merezca la pena. El anuncio de Delegación de Gobierno de que el tramo de la carretera nacional afectado hace quince días por un enorme argayo a la altura de Arobes (Parres) tendrán que esperar hasta junio para que restablezca el tráfico es recibido por los vecinos de la zona y los usuarios como un sacrificio ineludible del que esperan salga un resultado positivo.

La habilitación de desvíos para turismos por la red secundaria a través de localidades como Prunales, Soto de Dueñas o Llames de Parres ha generado que estas vías presenten un elevado número de coches que han alterado la vida de los pequeños pueblos. Si no que se lo pregunten a César Longo, un vecino del núcleo rural de Tospe, que tiene su ganadería en Prunales y ahora ve cómo tiene que aumentar la precaución para circular con su tractor. "Hay muchos más coches y, lo que es peor, es que circulan como si fuera por la general a mucha velocidad", relata Longo que, no obstante, prefiere no quejarse en exceso. "No tenemos elección, hay que hacerlo, aguantarse y punto", añade este ganadero, confiado de que las obras sean beneficiosas para el futuro.

En la misma línea se pronuncia Jesús Villaverde, un vecino de Soto de Dueñas que suele caminar habitualmente por la red secundaria y ayer mismo la utilizó para desplazarse hasta un funeral a un pueblo vecino; se encontró con muchos más coches de los habituales. "Ahora esto parece un autopista y lo malo es que es posible que estas carreteras salgan mal paradas estos meses", advierte Villaverde, al mismo tiempo que considera que los desvíos pueden resultar peligrosos para conductores que los desconocen. "Son carreteras muy estrechas y si la gente no circula con más cuidado podría haber algún que otro accidente", destaca a la vez que admite que le parecen demasiado que se tarde cuatro meses en arreglar un argayo que a su entender "podría repetirse en otros puntos cercanos".

Otro de los aspectos que llaman la atención es la improvisada estación de autobuses creada en Soto de Dueñas. El cruce de la carretera que lleva a pueblos como Castiello o Sorribes sirve de lugar de estacionamiento para los grandes vehículos que esperan la llegada de microbuses procedentes de Cangas de Onís. "El viaje se hace más largo y hay que hacer transbordo", indica el lugareño Pablo Norniella, que da fe de que el servicio se ha visto resentido por estas molestias. "Apenas va gente en los autobuses y es posible que la gente opte durante este tiempo por usar más el tren", opina.

Los más afectados de esta actuación son sin duda los transportistas, que ven cómo los informes técnicos les abocan a mantener los rodeos durante los próximos meses para llegar a sus destinos. Es el caso de Joao Gomes, un camionero portugués que ayer se dirigía a Irún y tuvo que dar la vuelta en Sevares tras recibir la advertencia del corte por parte de un colega.

Largas jornadas

"No conozco la zona, pero me dijeron que tenía que volver hacia atrás y perder más de media hora", comenta este profesional del volante, que entiende la decisión de las administraciones. "Si no nos dejan pasar será porque no les queda otra", declaró pesaroso tras conocer que su jornada se alargará más de lo previsto en principio.

Afectados, aunque no tanto, se reconocen también los usuarios particulares. En el caso del concejo de Piloña son muchos los que se desplazan al municipio vecino de Parres casi a diario para trabajar o acudir a servicios públicos como el Hospital de Arriondas. Ejemplo de ello es el vecino de Sevares Juan Suárez, que ve como desde hace quince días los viajes a Arriondas se alargan en algo más de un cuarto de hora. "Lo cierto es que fastidia un poco", reconoce, al mismo tiempo que considera que este corte debería servir para acometer mejoras necesarias en el vial. "Hace mucho que no se mejora y deberían aprovechar para hacerlo", sostiene, además de sugerir otras medidas para aumentar la seguridad de la nacional. "Quizás está un poco abandonada para todo el tráfico que soporta".

Con todo, el deseo general es que la actuación se pueda acelerar lo máximo posible, ya que ya hay voces en el sector turístico y comercial de localidades como Infiesto, Arriondas o Cangas de Onís que temen que las recomendaciones realizadas por Delegación de Gobierno a los conductores para que utilicen la autovía del Cantábrico para desplazarse al oriente asturiano afecte a los destinos interiores de forma que los visitantes se decanten por otras localidades alejadas del argayo.

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