Cuando Mariana Preda se apuntó en noviembre al III Taller de Costura Básica y Creativo, impulsado por el Ayuntamiento de Parres dentro del Plan de Inclusión Municipal junto con la asociación CIMA, no sabía ni enhebrar una aguja. Ahora elaborar un mandil, una bolsa para el pan o una pizarra de tela para su hijo de 5 años le parece un juego de niños. "Hice hasta un Spiderman para mi niño y ahora me encarga un Bob Esponja, aunque yo lo que quiero es aprender a elaborar manteles como los que se hacen en mi país", explica esta rumana. Su trabajo y el de sus 15 compañeras alcanzó tal calidad que la profesora, María Jesús Prieto, decidió exponerlos en la Casa de Cultura de Arriondas.
La muestra quedó ayer clausurada con un desayuno colectivo en el que asistentes como María Jesús Gabarri coincidieron en señalar que aprendieron "mucho" pero se les hizo "muy corto, tendría que durar más". Gabarri se apuntó al curso por recomendación de Elena García, educadora de servicios sociales del Ayuntamiento. La experiencia le gustó tanto que no se perdió ni una de las tres ediciones. "Aprendí a usar la máquina de coser pero lo mejor de todo es que el curso ayuda a desconectar de tus problemas y disfrutar de un tiempo propio", comentó. El siguiente paso, según cuenta, será diseñar y elaborar su propia ropa.
Cuando María Amelia Dual se apuntó al taller, sabía meter los bajos de los pantalones, poner botones "y poco más". Gracias al curso puede poner cremalleras, hacer cestones a máquina y no hay adorno navideño que se le resista. Convertida ya casi en una experta de la costura, los encargos de sus cuatro hijos para que les haga "cojines de corazones", se suceden. La experiencia fue tan buena que animó a primas, hermanas y amigas a participar.
