El cocinero cántabro Iván Rodríguez, el gallego Pedro Merino y el llanisco Pedro Antonio Noriega, ofrecieron lo mejor de la gastronomía de sus comunidades durante la tercera edición del intercambio gastronómico de villas marineras celebrado en la jornadas de ayer en los fogones de las escuela de cocina del instituto de Llanes. La importancia de promocionar la cultura gastronómica de las diez villas asturianas, cántabras y gallegas que integran este colectivo, fue destacada por el presidente del mismo y regidor de la localidad cántabra de Laredo, Ángel Vega.

"Somos conscientes de que tenemos unos paisajes de características muy parecidas que nos unen. Junto a esto queremos potenciar también la gastronomía. El turismo gastronómico está en auge y ponerlo en valor puede ser una manera muy interesante de desestacionalizar la ocupación turística a lo largo del año", aseguró el alcalde de la localidad cántabra de Laredo.

Junto a esto Vega subrayó la importancia de que destacados cocineros de las comunidades integrantes de villas marineras, compartan conocimientos con los alumnos de cocina de los centros educativos donde tienen lugar estas jornadas. La potenciación del turismo interior fue subrayado a su vez por el presidente de Villas Marineras como uno de los objetivos fundamentales de la jornada que ayer se celebró en Llanes.

Los veinticinco alumnos del ciclo de cocina del instituto llanisco se mostraron encantados de participar en el intercambio gastronómico. "Es una experiencia muy positiva. Siempre es bueno aprender cosas nuevas, tratar con cocineros de otros lugares y salir de la rutina habitual", aseguraron los estudiantes Cristian Valle y Francisco Carrandi.

La jornada gastronómica sirvió a su vez para que la técnico de medio Marino Noelia Pérez Gil, presentase la marca de pescado de rula con artes sanos en la que toman parte desde algunas semanas las cofradías de pescadores de Llanes, Ribadesella y Bustio.

El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Llanes y edil de turismo, José Herrero, destacó la importancia de este tipo de jornadas para "vender un producto con unas características peculiares para llegar de manera conjunta a la gente".

El menú degustación diseñado para la jornada estuvo formado por un primer plato de crema de almendras, vieiras confitadas y praliné salado. El segundo plato fue ensalada de raya escabechada con aguacate y cebolla encurtida. Arroz meloso con almejas cocochas y cebolla encurtida fue el tercero seguido de salmonete a la brasa con jugo de su caldereta. El quinto plato del menú degustación fue taco de lacón de porco, sopa de patatas y chorizo. De postre los comensales disfrutaron de una crema de queso pasiego con helado de sobao.