Un oso, un mamut, un bisonte, una cabra, tres caballos, un ciervo, otros animales cuya especie es difícil de concretar o sobre los que hay dudas y diferentes signos y marcas. Son en total quince las nuevas figuras, entre pinturas y grabados, que el guarda de la cueva de Tito Bustillo, Alfonso Millara, ha localizado en el interior de la cavidad en los últimos meses y cuya autenticidad ha validado ahora el prehistoriador Rodrigo de Balbín, quizá el mayor conocedor de la gruta riosellana, pues la ha estudiado durante varias décadas. Una de las figuras, un mamut, podría haber sido pintada hace más de 30.000 años, según De Balbín.

El mamut sería, de confirmarse las estimaciones del prehistoriador, de la época de los antropomorfos y las vulvas existentes en la cavidad riosellana; esto es, figuraría entre las pinturas más antiguas de Tito Bustillo, una cueva considerada por los expertos como uno de los santuarios mundiales del arte paleolítico, junto con la cántabra Altamira y la francesa Lascaux.

El mamut hallado por Millara podría convertirse en el primero de Tito Bustillo, ya que existen muchas dudas entre la comunidad científica sobre el anunciado en 2007 por un investigador. El hallado por Millara está bien perfilado y tiene sobre sí una costra calcítica que De Balbín ha aconsejado retirar. Tendrá que ser una actuación muy cuidadosa para no dañar la pintura, que deberá ser ejecutada por un experto en la materia. El mamut está situado en una covacha situada muy cerca de la entrada original del Puzu'l Ramu, en la que hay muchos otros signos y posibles figuras por analizar.

También bajando por el Pozu'l Ramu puede verse otro posible caballo. Hay asimismo otro posible mamut o reno, así como tres caballos morados, que miran hacia la salida de la cueva. Y un bisonte pintado en negro a unos quince metros de altura.

Millara halló las figuras en diferentes estancias y pasillos de la cueva. Varias de ellas, en la zona más cercana a la entrada original, conocida como Pozu'l Ramu, por donde se adentraron en 1968 los descubridores de las manifestaciones artísticas prehistórica (posteriormente se abrió la actual entrada principal a la cueva, desde Ribadesella).

Pero el guarda también ha conseguido ver nuevas figuras en zonas que se consideraban perfectamente estudiadas. Así, en el panel principal de Tito Bustillo, donde se conocían ya cerca de 100 representaciones (30 ciervos, 13 caballos, 9 renos, 5 cabras, 4 bisontes, un uro, dos animales indeterminados, 17 signos y 10 líneas de difícil interpretación), Millara ha conseguido ver más todavía: una cabeza de cabra y dos cabezas de caballo, una de ellas con el cuello muy largo y otra muy pequeña y sin terminar de dibujar. En otra zona de la cueva ha encontrado una cabeza de oso pintada en negro. Y en otra más un posible bisonte y muchas manchas rojas con las que el pintor parece haber querido aprovechar un saliente y que tienen la apariencia de un antropomorfo.

En uno de los muchos largos pasillos con los que cuenta de la gruta riosellana ha encontrado Millara otras tres figuras: un caballo, un posible ciervo y otra indeterminada. Pero hay mucho más: un campaniforme, por ejemplo.

Alfonso Millara invitó hace unos días a Rodrigo de Balbín a observar los hallazgos. Fue una visita relámpago, en la que el científico apenas si pudo más que constatar la existencia de esas nuevas figuras. Será en las próximas semanas cuando el prehistoriador regrese a Ribadesella para estudiar en detalle estos nuevos descubrimientos, que Millara cree que no serán los últimos. De hecho, el guarda de Tito Bustillo pretende realizar próximamente un inventario de todas las pinturas y grabados conocidos de la cueva, cuyo número podría acercarse ya a las 400. Y en esa inspección es más que probable que se encuentren nuevas figuras, marcas o signos.