La de Santa Rita en procesión por las calles de Arriondas es una imagen que los parragueses recordaban casi en blanco y negro. La parroquia sacó ayer, después de 35 años sin hacerlo, la imagen de la santa por la carretera general, hacia el parque y de vuelta a la iglesia de San Martín por la calle de Los Castaños.
La alegría y la emoción entre los feligreses era palpable y contó con la compañía musical de la banda de gaitas "Villa de Xixón", que dio un toque de mayor solemnidad a la comitiva. Fueron muchas las personas que quisieron acompañar a Santa Rita en la procesión y también las que la vieron pasar asomadas a sus ventanas.
La jornada primaveral de sol y buenas temperaturas, y, sobre todo, el hecho de que, por caer en viernes, ayer fuera festivo local en Arriondas animaron especialmente una jornada para el recuerdo: la vuelta de Santa Rita a las calles de la capital parraguesa. "Magnífico, muy emocionante", así describió el cronista oficial del concejo, Francisco Rozada, la procesión, la misa y la posterior subasta del ramu por Santa Rita. Rozada se encargó de la decoración floral del interior de la iglesia y a los adornos que suele poner en la ventana de su vivienda, ubicada frente al templo, añadió este año, por primera vez, una imagen de Santa Rita.
La implicación con la fiesta religiosa de mayor tirón en Arriondas se extendió este año a los comerciantes, pues la iniciativa de recuperar la procesión como antaño fue de la asociación local que los aglutina, que también impulsó que el ramu de pan se subastara a favor del grupo parroquial de Cáritas. Los panes se vendieron muy bien, a un precio de 20 euros, y la suma total de lo recaudado fue de 511 euros. Presidió la misa el religioso José París, párroco de Posada de Llanes y nuevo provincial de Don Orione, que estuvo acompañado por otros siete sacerdotes: Aurelio Burgos, también de Don Orione; Domingo González, natural de la parroquia de Parres y cura de la localidad llanisca de Celorio; Luis Álvarez, del Hogar de Beceña de Cangas de Onís; Alejandro González, sacerdote de Ponga y Amieva; José Luis Sánchez, de Covadonga y La Riera; y los párrocos de Arriondas, Amaro Balbín y Adolfo Álvarez.
La procesión, que encabezaron los monaguillos portando la cruz y las velas y una ofrenda de rosas precedió a la ceremonia religiosa, a cuyo término el mismo José París bendijo las muchas rosas que portaban los feligreses. Los fieles a Santa Rita llegaron no sólo de la comarca del Oriente, sino de municipios del centro de la región, como Llanera. Sin embargo, faltaron a la cita las cuarenta o cincuenta personas enfermas de parkinson que acudían cada año desde Corvera y Avilés.
Gaitas y rosas rojas
El de Arriondas no fue el único homenaje a Santa Rita en la comarca, ya que en la localidad riosellana de Barréu también le dedicaron una misa y una procesión en la pequeña y hermosa capilla que lleva su nombre.
La comitiva riosellana salió tras la ceremonia religiosa y llevó a la santa hasta la entrada del pueblo, para, una vez allí, dar vuelta al templo de nuevo.
La misa estuvo oficiada por el párroco local, José María Orviz, y el festejo contó con la música de una banda de gaitas, además de con los incondicionales fieles a Santa Rita y la intensidad de las tradicionales rosas rojas, que también en Ribadesella fueron bendecidas y cubrieron la capilla.
