Veinte años después de su proclamación, el parque nacional de los Picos de Europa sigue en veremos. Ecologistas y ganaderos, por razones dispares, lanzan severas críticas a la gestión que se aplica en el espacio natural, al que se dotó de la máxima protección legal existente en España el 30 de mayo de 1995, al ampliarse el primer parque nacional de la península, el de la montaña de Covadonga, creado en 1918. Pese a las reprobaciones, los dirigentes políticos de las tres comunidades autónomas de los Picos -Cantabria, Asturias y Castilla y León- aseguran que se ha avanzado "mucho en pro de la conservación de los valores naturales, culturales y etnográficos" del espacio protegido y que se está en mejores condiciones que veinte años atrás para preservar su "excepcional biodiversidad".
Así lo manifestó la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias, María Jesús Álvarez, durante la reunión del patronato del parque nacional, celebrada el jueves en Oviedo, al leer una declaración institucional, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, en la que los dirigentes políticos aseguran que en estos dos decenios se han dado "pasos decisivos" para favorecer a las principales producciones agropecuarias, y que se puesto el área protegida "al alcance de los ciudadanos", como demuestra que el año pasado sumara 1,88 millones de visitantes.
Los políticos pretendían que la declaración institucional fuera sometida a votación en el patronato, pero las críticas de varios patronos, en especial de la representante de los grupos ecologistas de Asturias, Laura López Varona, hicieron que cambiaran de idea. El escrito destaca que el paro presentó el año pasado un incremento "muy inferior" a la media nacional en los municipios del parque. Asimismo, los dirigentes políticos subrayaron el "éxito" turístico de los municipios del parque en el apartado de "turismo de naturaleza", con "el senderismo como principal actividad". En cuanto al futuro, Álvarez destacó que los retos para los próximos veinte años son "difíciles", pero "apasionantes".
Entre esos retos se indican la necesidad de "dar repuesta a las grandes alteraciones" que genera en el medio "el progresivo abandono de la actividad pecuaria", o la incidencia del "cambio climático global", al que se achaca los problemas de conservación de numerosas especies, como el urogallo, los anfibios o algunos lepidópteros, "en franca regresión". La Consejera abogó por aplicar "medidas de gestión audaces", algunas también orientadas a la conservación de la ganadería extensiva, "con cargas reguladas" y la "mejora en la coordinación entre las administraciones".
Aunque "el mayor reto y el más perentorio" es, según dijo la Consejera "la urgente necesidad" de dotar al Parque de su instrumento de planificación; esto es, de un Plan Rector de Uso Y Gestión (PRUG), del que carece desde hace diez años, tras ser anulado por el Tribunal Supremo el aprobado en 2002. El compromiso lanzado en la declaración institucional no es sencillo: "entregar este patrimonio a las generaciones venideras en el mejor estado de conservación".
La ecologista Laura López Varona es crítica con la situación del parque nacional, pero, a la vez, tiene "esperanza", pues destacó que los políticos, ganaderos y ecologistas están trabajando "mucho" para acercar posturas, y advierte que "hay voluntad de conseguir acuerdos por parte de todos". Claro que esta luz que la ecologista observa al final del túnel no impide que el parque nacional, en su opinión, siga en tinieblas. Resaltó, por ejemplo, que ya antes de su promulgación se incumplió el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de los Picos de Europa (PORNPE), al permitirse el embalse de Cordiñanes.
"Y después llegó el funicular, y muchas otras cosas", indicó López Varona, quien destacó asimismo que la ampliación del parque de Covadonga supuso un retroceso en materia ambiental en la zona de Caín (León), donde antes de 1995 estaba prohibido cazar y después se consintió. La representante ecologista lamentó que en los Picos se estén matando lobos, "una especie propia del bosque atlántico, que es "el elemento fundamental que se protege". Y señaló que "la mala situación del urogallo, la sobrecarga ganadera o los incendios" demuestran, según López Varona, indican la auténtica situación del Parque.
La conservacionista destacó que el parque de Covadonga fue promovido por el cuerpo de ingenieros de monte, ante las talas indiscriminadas. Y subrayó que una formación ecologista, la Sociedad de Amigos del Árbol, a la que perteneció Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, promotor del parque, fue protagonista principal de aquellos primeros años de estos espacios en España.
Ataques del lobo
El regidor de pastos de Cangas de Onís, José Antonio García Álvarez, se mostró dispuesto a "sentarse" para hablar del futuro, pero destacó que el anterior intento acabó en fracaso. Exigió medidas urgentes, porque el lobo está "matando mucho este año, igual que hace dos, y si alguien no lo remedia esto acabará muy mal, en un enfrentamiento abierto".
García subrayó que los políticos "no se atreven" a derogar el Parque, porque lo miran "desde el punto de vista turístico", pensando que es la marca 'parque nacional' la que atrae visitantes, cuando", a su juicio, "los atraerían igual la montaña de Covadonga y los Picos de Europa, sin falta de ese distintivo". El regidor subrayó que el lobo es incompatible con la ganadería extensiva, y subrayó que si tiene que serlo por decisión política "que expliquen cómo y de qué manera". En todo caso, señaló que la gestión en el Parque es "muy mala" y que la continuidad de esa figura de protección tiene que ver "con el mamoneo" y con que "hay gente vive de ese cuento".
