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El legado indiano de Villamayor, como nuevo

La parroquia rural piloñesa acondiciona como recurso turístico el lavadero del Valledal, donado en 1919 por un emigrante

Andrés Rojo, ayer, en el lavadero del barrio del Valledal. LUCAS BLANCO

Mantener el patrimonio etnográfico como una seña de identidad, riqueza histórica y recurso turístico. Eso es lo que llevó días atrás a los vecinos de Villamayor a acometer un acondicionamiento profundo del lavadero del barrio del Valledal, un ejemplo del legado indiano en la localidad piloñesa que en su día prestó servicio a todos los vecinos.

El interés por este equipamiento no viene de ahora, sino que fue hace ya casi un lustro cuando desde la parroquia rural se promovió su rehabilitación. Entonces una subvención permitió reforzar su estructura y destacar los rasgos que lo hacen especial. "Las ayudas permitieron dotarlo de una estructura que garantizaba su supervivencia durante muchos años", recuerda el alcalde-presidente de la entidad local menor, Andrés Rojo.

Aquella inversión fue importante, pero ahora el reto está en que el mantenimiento de las instalaciones sea continuado y por ello los vecinos decidieron ponerse manos a la obra. "Había mucha vegetación y suciedad en la cubierta y los alrededores y creímos conveniente dignificar la zona de cara al verano", explica el propio Rojo, que fue uno más de los voluntarios que prestaron sus manos para el cometido.

Beneficios de la actuación aparte, aseguran que una de las principales motivaciones que llevó a emprender esta sextaferias fueron las ganas de rendir homenaje al emigrante, Rafael Fabián, un ejemplo de los muchos vecinos que se fueron a ganarse la vida a puntos como Puerto Rico o Cuba y que luego dedicaron parte de su riqueza a mejorar las condiciones de los habitantes de su tierra de origen. "En el caso de este lavadero fue donado en el año 1919 para uso y aprovechamiento de todos los vecinos", señala el máximo mandatario de la parroquia rural, a la vez que recuerda que este es uno de los méritos que se tuvieron en cuenta para dedicar una calle al generoso indiano en la configuración del callejero local, culminado el pasado año.

Cuentan los más mayores del lugar que la construcción de este lavadero supuso un gran avance para las familias de Villamayor, que a partir de entonces tuvieron un lugar digno para lavar y con un agua de primera calidad. "Quien más quien menos sabe que hasta que llegó la lavadora disponer de un lugar de estos era un lujo", coinciden en señalar varios vecinos veteranos que ahora se alegran porque las nuevas generaciones se preocupen de mantener estos lugares.

De momento, el lavadero de Villamayor ya ha levantado el interés de algunos investigadores y etnógrafos que se encuentran estudiando este tipo de equipamientos tanto en el concejo de Piloña como a nivel comarcal y regional y sabedores del interés que este tipo de construcciones levanta la parroquia se fija como meta el utilizarlo como reclamo para todo tipo de visitantes.

Un objetivo que va en consonancia con otras medidas puesta en marcha en los últimos meses desde Villamayor. La parroquia es conocedora de que la principal actividad dinamizadora para su economía es el turismo y por este motivo está desarrollando varios proyectos. Hace unos meses se anunció la disponibilidad de visitas guiadas al ábside de Villamayor mediante visita previa y con la colaboración del vecino, Tino Muñiz. A ello hay que sumar la publicación de un folleto turístico con todos los puntos de interés de la localidad y sus alrededores y la intención de impulsar el Santiago del Interior con la construcción de un albergue para peregrinos.

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