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Con, paraíso natural y arquitectónico

Los vecinos de la localidad, situada a los pies de los Picos, lamentan el abandono que sufre la iglesia románica de San Pedro

Juan Concha, en el jardín de su finca de Con. C. CORTE

Cuando el madrileño Javier Alcántara llegó a Con huyendo de la ciudad, hace 15 años, el camino era de tierra y no había farolas, pero el paisaje "único" a los pies de los Picos de Europa le hizo quedarse e instalar la primera casona de aldea. A sus 48 años, no lo cambia por nada. Allí, en plena naturaleza, viven felices sus tres hijos, Íñigo, Marta y Elena, de 14, 11 y 9 años, y su mujer Elena. Situados a 11 kilómetros de Cangas de Onís -se llega por la carretera de Mestas en dirección a Benia-, tan cerca de la montaña de Covadonga como de las playas llaniscas, no conoce un sitio mejor para vivir. La única pega que ponen es la falta de saneamiento rural, que confía en que pronto se solucione.

Gamonéu, Llano, Mestas y Soto de la Ensertal componen la parroquia de Con, que en su punto más alto acoge una verdadera joya arquitectónica: la iglesia románica de San Pedro de Con. Aunque sus vestigios actuales no van más allá del siglo XII, su existencia podría ser anterior, pues aparece citada entre las iglesias donadas por Ramiro II a la iglesia de San Salvador de Oviedo. Sus dos portadas, los capiteles románicos del arco del triunfo, atraen a visitantes de todo el mundo; por eso vecinos como Esther Concha y su hermano Juan lamentan el estado de abandono, sin un santo siquiera al que rezar "y medio cayendo".

Lo que sí mejoró y mucho fue el acceso a la construcción eclesiástica gracias a la colaboración desinteresada de José Antonio García, más conocido como Toño el de Mestas, que cedió parte del terreno de su finca para el ensanche del empinado camino, que conduce además al cementerio parroquial. "La gente de Llano subía antes caminando por el camino de La Cueñoña, pero ahora está sin desbrozar y no hay quien pase", explican los vecinos.

Además de una joya arquitectónica, en Con cuentan con una joya natural gracias al residente Jacinto Baz, un jardinero retirado que cuenta con una gran variedad de plantas y árboles exóticos. Cuando este extremeño se instaló hace 20 años en Con para abrir un merendero sólo había una casa habitada. Ahora hay cinco viviendas, a las que hay que sumar tres casas rurales y un hotel-spa.

Depósito de agua

La escasez de agua que los vecinos sufrían hace un siglo hizo que muchos se trasladaran a Mestas, motivo por el que no queda ningún oriundo en la localidad. El problema del agua se ha superado gracias a la instalación de un depósito junto a la iglesia, al que llega "un agua muy buena directamente de los Picos de Europa, de la Vega de Comella", afirman vecinos como Mari Luz y José Manuel García, que se instalaron hace seis años en Con, donde viven con dos hijos y una nuera. "Vivimos en el paraíso. Desde casa se ve Beceña y Tárano, la carretera dicen que la van a mejorar dentro de poco y la tranquilidad no hay dinero que la pague", concluyen.

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