La gastronomía tuvo un papel fundamental ayer en Ribadesella. No sólo porque diez establecimientos participan durante todo el fin de semana las XXXI Jornadas gastronómicas del mar que impulsó el Ayuntamiento, sino porque sartenes y paelleras tomaron literalmente las calles de la villa marinera. Lo hicieron de la mano de una treintena de miembros de la Orquesta de Cámara de Siero (Ocas) que convirtieron los tradicionales utensilios de cocina en improvisados instrumentos.
Los músicos tenían previsto un par de actuaciones en la casa de cultura pero decidieron compartir su arte en forma de "flashmob" -acción organizada en la que un gran grupo se reúne de repente en un lugar público y realiza algo inusual para dispersarse rápidamente- con las decenas de personas que abarrotaban el paseo Princesa Leticia con motivo de la celebración del I Mercazoco. Bajo la supervisión de la gerente, Alba Rodríguez, interpretaron el "concierto para cacharros de cocina y orquesta" de Alberto Lozano ante el atónito y numeroso público. No fueron los únicos que animaron el Mercazoco. El payaso Charlie Showman hizo las delicias de los más pequeños.
En total participaron 54 stands que ofertaron durante diez horas productos de lo más variado, desde plantas de aire hasta alimentos ecológicos, pasando por peces artesanos, ropa, calzado y antigüedades. La Asociación de Enfermos de Fibromalgia y Fatiga Crónica del Principado de Asturias (Aenfipa) también puso un stand con el objetivo de recaudar firmas para promover una iniciativa popular para la protección de los enfermos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica.
A pesar de que el tiempo no acompañó, el hormigueo de personas que se acercó hasta el Mercazoco fue constante y los artesanos participantes hicieron un balance positivo. Fue el caso de la diseñadora local de bisutería Carla Rodríguez. "Las ventas fueron bastante bien y la asistencia de público fue masiva", explicó la riosellana, que triunfó con una colección limitada de pulseras del Descenso del Sella.
Después de una larga jornada de compras, la mayoría optó por degustar los productos frescos de la costa oriental. Los madrileños Manuel Martín y Gloria Molina, tras comprar un sujetalibros casero, tenían previsto acercarse a las XXXI Jornadas gastronómicas del mar. "Queremos probar los langostinos con crujiente de algas, que nos han dicho que están muy buenos, y la merluza. Como en Asturias no se come en ningún sitio", sentenciaron.
