El Ayuntamiento de Ribadesella reclama al Ministerio de Fomento que cumpla su parte del convenio y realice mejoras en las instalaciones de los manantiales de Les Fuentines, próximos al túnel del Fabar, que suministran agua a la parte oeste del concejo y que quedaron dañados durante las obras de construcción de la autovía del Cantábrico, la A8.

Así lo explicó la alcaldesa, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, quien denunció que el departamento estatal no dejó las instalaciones "en el estado en el que tenían que estar". Por este motivo el año pasado se tuvo que interrumpir ese suministro y también el de la potabilizadora de Berbes, y ahora los vecinos de esta zona toman el agua de la captación de El Frondil.

"La que había antes era agua de muy buena calidad y la que tenemos ahora no es tan buena", expuso la regidora antes de explicar que su equipo lleva "algo más de un año intentando buscar soluciones y que Fomento cumpla con el convenio". Se trata de unas instalaciones que "dejaron mal hechas" y piden "que se arregle el fallo" para poder captar el agua de estos manantiales.

No obstante y "por si no puede ser o no quieren", apuntó la regidora, el equipo de gobierno local ha encargado estudios para analizar "si se pueden encontrar otros puntos de agua con calidad" o se puede tomar de los mismos manantiales de Les Fuentines pero en otro punto diferente. Se están buscando, concluyó la Alcaldesa, "alternativas" para mejorar el suministro de esta parte del concejo.

El del agua no es el único fleco pendiente que dejó la construcción de la autovía en el municipio, donde se inauguró en el año 2002. En Bones, por ejemplo, rememoran cómo antes de su construcción les prometieron que pondrían aceras e iluminación, promesas que después no se llevaron a cabo, al igual que tampoco se hizo la rotonda junto a la capilla para que los coches no bajasen tan rápido.

Torre es otra de las localidades próximas a la A8 y parte de los desagües de la autovía van a dar a la carretera AS-342, que une la localidad riosellana con la parraguesa de Collía. Caen frente a varias casas, a las fincas de particulares y de ahí a los caminos públicos, han denunciado los vecinos.