El equipo de gobierno de Llanes está dispuesto a registrar la iglesia de San Antolín de Bedón a nombre del Ayuntamiento si finalmente no lo hacen al suyo ni el Gobierno del Principado ni el Estado. Así lo manifestó la concejala de Cultura, Marisa Elviro, de Vecinos X Llanes, quien, si no encuentra otra salida para "salvar" el monumento del absoluto abandono en el que se encuentra, consultará a los servicios jurídicos municipales la posibilidad de inscribirlo en el Registro de la Propiedad a nombre del Ayuntamiento y qué obligaciones y responsabilidades adquiriría el organismo local con ese acto.

Sería, no obstante, el último recurso. Un camino que la edil de Cultura sólo iniciaría si fracasan sus intentos de celebrar una reunión con responsables del Gobierno del Principado y del Ejecutivo central para negociar una salida para la iglesia de San Antolín de Bedón, que se encuentra tomada por la vegetación, rodeada de excrementos de animales, afectada por humedades y rodeada de edificios en ruinas.

El principal escollo para la recuperación del edificio, construido en el siglo XIII, reside en su titularidad. Aunque todos los documentos conocidos (incluidos varios referidos a compraventas) señalan a las claras que la titularidad corresponde al Estado, el Ministerio de Hacienda desaconsejo hace algo más de un año al de Cultura inscribir la iglesia a su nombre, esgrimiendo un informe de la Abogacía del Estado (elaborado cuando existía un evidente déficit de documentación sobre este asunto) que señala que no está claro a quién corresponde la propiedad. La iglesia se enclava dentro de una propiedad privada, pero los sucesivos documentos de compraventa, el último de ellos de 1870, indican que la titularidad del templo corresponde al Estado. Ello porque, aunque la iglesia fue incluida inicialmente en la desamortización del trienio liberal (1820-23), la intervención de la Comisión de Monumentos de Asturias hizo que el Estado pusiera a la venta -y vendiera- toda la finca de Bedón, excepto el templo. Aquella intervención impidió asimismo que la iglesia fuera demolida y sus piedras aprovechadas para construir una nueva iglesia en el pueblo de Naves, como se había previsto.