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Los avellaneros de Piloña ven peligrar el festival del fruto por la escasa cosecha

El inicio de la recogida hace prever una de las menores producciones que se recuerdan, debido a la sequía y el deterioro de las plantaciones

Anselmo Forcelledo y Carmen Cuesta, recogiendo avellanas, ayer, en Riofabar. LUCAS BLANCO

Los productores de la avellana de Piloña incluso ponen en duda que el festival del fruto previsto para comienzos de octubre pueda celebrarse. Las previsiones de la recogida que muchos inician esta semana son a priori desoladoras, pues todo apunta a que la sequía y el progresivo desgaste de las plantaciones provocarán que la de este año sea una de las peores cosechas que se recuerdan.

De ello dan fe dos veteranos avellaneros de la localidad de Riofabar, el matrimonio formado por Anselmo Forcelledo y Carmen Cuesta, que ayer mismo aprovecharon el buen tiempo para ir retirando los "garrapiellos" de los avellanos con un resultado un tanto desolador. "Algunos avellanos no tienen ni un puñado", declaraba el propio Forcelledo mientras retiraba el fruto de uno de sus avellanos más productivos, este año también escaso de carga del fruto seco.

Entre los motivos de esta pobre producción, estos expertos campesinos que toda la vida trabajaron el campo y ahora aprovechan su jubilación y plantaciones para sacar unos eurillos extra al comienzo del otoño, lo tienen claro y apunta a la escasa por no decir nula presencia de las lluvias durante gran parte del verano. "Los meses de junio y julio fueron fatales para la avellana este año", comenta una Cuesta que asegura que "sólo los ablanos cercanos a los ríos y los próximos a zonas húmedas tienen algo que recoger". De todos modos, Forcelledo cree que este no es el único motivo. Recuerda que la del año pasado ya no fue una temporada productiva y que esta apunta que será "bastante peor" y ello lo achaca además a un creciente deterioro de los árboles. "El cuidado no es todo lo bueno que sería y a ello hay que sumar los efectos de la contaminación y lo cambiado que está el tiempo", señala basándose en décadas de experiencia en el sector de la avellana.

Ante estos factores los productores consideran que la posible solución a la poca cantidad de avellana sería un mayor esfuerzo en la recogida de los muchos kilos que cada año se pierden por falta de relevo generacional en este tipo de labores. Un remedio en el que no tienen mucha confianza, ya que dicen ser conscientes de que no hay jóvenes interesados en el trabajo del campo por su dureza y dificultad. "Aunque hay poco trabajo la juventud no está dispuesta a dedicarse al ganado ni mucho menos a la avellana porque es muy laborioso y poco rentable", indica una Carmen Cuesta que ve similar la crisis del sector de la avellana a otros mercados como el de la leche.

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