Veinte días duró el cierre colocado en agosto en la puerta principal de la iglesia llanisca de San Antolín de Bedón, monumento nacional del siglo XIII, en situación de absoluto abandono. En la mañana de ayer, las dos puertas del templo, último vestigio de un monasterio cisterciense, aparecían por enésima vez abiertas de par en par. Algún desaprensivo reventó una de las hembrillas cerradas sobre las que se había colocado un candado el 11 de agosto pasado, y, tras entrar en el templo por la puerta principal, abrió también la lateral.

Tras ser advertida por una vecina de la situación del templo, la secretaria de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL), María José Rodríguez, se acercó a Bedón, aseguró la puerta lateral y arrimó la principal. A continuación se acercó a una ferretería y compró hembrillas cerradas, aún más gruesas que las anteriores, y un nuevo candado, mayor que el que se puso hace un mes. Cuando regresó a San Antolín de Bedón se encontró allí casualmente con un vecino de Naves, José Luis Tielve Celorio, "Chispa", y un operario municipal, José Alberto Fueyo, "Berto", que se habían acercado a la zona para limpiar el las inmediaciones y el interior del templo, donde ser recogieron hace sólo unos días varios kilos de excrementos de caballo.

Entre los tres colocaron el nuevo candado, lo que obligó a agujerear una vez más las enormes puertas de madera de la entrada principal, que presentan incontables agresiones. La puerta lateral, que sólo dispone de un cierre interior en su parte superior, tuvo que ser asegurada con dos grandes piedras. María José Rodríguez disponía de tres copias de las llaves del candado. Entregó una a "Chispa"; otra al alcalde de Llanes, Enrique Riestra, y la tercera a la concejala de Cultura, Marisa Elviro. La secretaria de AVALL calificó de "barbarie" la acción de las personas que reventaron el cierre del templo.

Mientras, nadie quiere hacerse caso de la iglesia de Bedón sigue sin dueño, pues aunque todos los documentos existentes indican que la titularidad recae en el Estado, este rechaza registrarla a su nombre. Entretanto, la iglesia, principal joya del Románico de la comarca oriental, sigue seriamente afectada por las humedades, llena de excrementos, invadida por la vegetación y rodeada de edificios en ruinas.