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Gamonéu pide paso a los Lagos por La Güesera

Los vecinos reclaman el acondicionamiento de la pista que parte de La Flecha, que los dirigentes del parque nacional rechazan

Gamonéu pide paso a los Lagos por La Güesera

La ganadería y el queso que da nombre al pueblo son la principal seña de identidad de Gamonéu. Para que en un futuro pueda seguir siéndolo, los vecinos sólo reclaman el acondicionamiento de la pista que va de La Flecha a La Güesera, de menos de medio kilómetro, que les permitiría subir a los Lagos a cuidar el rebaño "en quince minutinos" y evitar el rodeo que supone bajar a La Venta y pasar por Covadonga. Pero sus deseos se topan desde hace años con la negativa de los dirigentes del Parque Nacional de los Picos de Europa, al discurrir una mínima parte del recorrido por el enclave protegido.

"No hacen más que poner restricciones, por eso creo que no compensa estar en el Parque", reflexiona Salvador Alonso. Por eso y porque desde hace tiempo los lobos merman sus rebaños, según denuncian vecinos como Emilio Suero, de 81 años, uno de los mejores elaboradores de gamonéu junto con su vecino Paulino Alonso, el primero en la majada de Vega Ceñal y el segundo, en Tolleyu. Su nieto, Sergio Suero continúa con la tradición familiar quesera, pero en el valle.

"Sólo subimos al puerto las 60 vacas que tenemos, las 70 cabras y otras tantas ovejas se quedan en Gamonéu para que no las coma el cánido", explicó el joven. Su madre, María del Mar Crespo, y su tío, Víctor Suero, sacan adelante en el barrio de Cuetos la quesería Vega Ceñal, única que fabrica gamonéu en el pueblo, aunque en realidad todos los vecinos tienen nociones de la ancestral tarea. De las paredes de la misma cuelgan diplomas de su bisabuelo, Francisco Alonso, que ya recibía condecoraciones por la excelencia de sus quesos en 1947 por la Feria del Pilar. Su bisabuela materna, Maruja Alonso, acaba de ser nombrada "Pastora 2015" en la fiesta de los Lagos.

Los 18 kilómetros que separan Cangas de Onís de Gamonéu son empinados, pero se recorren con facilidad porque la carretera estrenó recientemente una capa de aglomerado. Nada más llegar al pueblo, se abre un desvío en forma de "Y". Si se continúa por la izquierda se llega a Sogaedu, el barrio más poblado, donde viven de forma permanente 17 de los casi 40 residentes. Si se continúa por la derecha, se llega a la iglesia de Santa María Magdalena, de nave única y estilo popular, que data del siglo XV y donde los vecinos celebran una gran fiesta cada 22 de julio. Son varias las voces que piden la restauración de la pintura de la bóveda.

Más abajo están Las Cuerres y la antigua escuela, que, según los vecinos, pide a gritos una reparación. "Hay muchas goteras, necesita una reforma urgente y podría habilitarse como centro de reunión", propone Manolo Alonso.

Las casas de La Salgar completan el recorrido por el pueblo, que hasta hace 42 años no tenía carretera. "Se consiguió gracias al esfuerzo de los vecinos", afirmó orgulloso Jaime Alonso. Los vecinos siguen luchando por conseguir nuevas mejoras, como la señalización y acondicionamiento del camino de Las Maedas a Comella. "Ponerlo a punto cuesta poco y son muchos los turistas que atraídos por las buenas vistas preguntan por él", apuntan.

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