En la Quinta Guadalupe, centro neurálgico del éxodo asturiano a América, cinco emigrantes a Argentina y tres a Venezuela se reencontraron ayer con su pasado. De la mano del programa "Añoranza 2015" impulsado por el Gobierno del Principado de Asturias, regresaron a la tierra de donde son originarios para, tras una vida entera lejos de sus raíces, volver a sentirse asturianos.

Las lágrimas por volver a pisar la tierra de su familia se intercalaban con sonrisas de orgullo y de alegría. De las ocho personas que este año han participado en este programa, la que menos tiempo hacía que no regresaba a Asturias sumaba tres décadas. Los retornados visitaron a primera hora de la mañana el Ayuntamiento de Llanes donde fueron recibidos por el regidor, Enrique Riestra Rozas, la primera teniente de alcalde, Marián García de la Llana, y la edil de Cultura, Marisa Elviro. Tras un paseo por el centro de la villa de Posada Herrera, al mediodía, todos ellos, emprendieron camino hacia Colombres, población que el pasado miércoles fue galardonada con el premio "Pueblo ejemplar de Asturias" 2015. En la sede del Archivo de Indianos fueron recibidos por el alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás.

Hacía 43 años que María Isabel González Blanco no pisaba la tierra de sus antepasados. Con lágrimas en los ojos miraba todo a su alrededor intentando rescatar algún recuerdo del Llanes de 1972, fecha en que con 14 años marchó sola camino de Venezuela. "Viajé en solitario en el barco 'Begoña', que partió del puerto de Vigo. Tardamos en llegar trece días", rememoró.

Hasta el pasado jueves, Villahormes, el pueblo de su familia, había quedado muy lejos para ella. "En Caracas he sido socia del centro Asturiano", aseguró para dejar muy claro que jamás perdió el contacto con su tierra. En la capital de Venezuela trabajó como encargada de varios comercios. "Estoy muy emocionada. Llanes y Villahormes han cambiado mucho. Recuerdo cuando bajábamos al mercado semanal y la confitería de Abelardo", señaló. El pasado jueves, pudo por fin abrazar a la prima carnal de su madre.

De la mano de su marido argentino, Carlos Romito, y tremendamente emocionaba, visitaba el Museo de la Emigración, en el Archivo de Indianos de Colombres, María Teresa Rodríguez. Con dos años emigró junto a su familia a Argentina. En la actualidad reside en Lanús. Sesenta y ocho años después volverá, en unos días, a poner los pies en Navelgas, Tineo, la tierra de sus antepasados. Allí se reencontrará con parientes con los que durante este tiempo ha mantenido contacto por carta. "Estoy muy emocionada", acertaba a decir. Los recuerdos de su infancia como emigrante se agolpaban en su cabeza mientras con atención visitaba todas las salas del museo. "Cuando era niña hablaba con mucho acento asturiano. En Argentina a la gente le gustaba mucho y me daban monedas para que les hablara en asturiano", recuerda. María Teresa Rodríguez tiene ahora un nuevo sueño: volver a Asturias con sus dos hijos.

Emilio Pérez salió de Asturias en dirección a América como consecuencia de la Guerra Civil. Tenía un año. Sus orígenes asturianos se encuentran en Pola de Allande. "Me fui con mis padres y tres hermanos. Estuvimos en Cuba, México y Argentina. Allí nacieron otros tres hermanos", señaló. Uno de ellos vive en Madrid. En la actualidad, Emilio Pérez reside en Mar del Plata. "Tengo ganas de regresar para quedarme. Siento una emoción grandísima por estar aquí. Es difícil expresar con palabras lo que estoy sintiendo durante estos días", señaló.

La presidenta del Consejo de Comunidades Asturianas, Paz Fernández Felgueroso, subrayó la importancia del programa "Añoranza", para hacer que los emigrantes vuelvan a la tierra que les vio nacer. "Están todos ellos muy emocionados por regresar, reencontrarse con Asturias y con parientes que hace mucho tiempo que no veían. La operación 'Añoranza' es un programa muy valorado por la gente que tiene la ocasión de participar en él", indicó la exalcaldesa de Gijón.