La cosecha de avellana de este año, fruto al que Infiesto le dedica un festival el primer domingo de octubre, será escasa. Los pocos productores que aún quedan por culpa del éxodo rural aseguran que es una de las peores cosechas que recuerdan y lo achacan al excesivo calor, que derivó en sequía.

El gobierno local se reunirá con los productores el viernes, el último día de plazo para inscribirse en el Festival de la Avellana del 4 de octubre. En este encuentro fijarán el precio al que venderán el fruto, que el año pasado fue de cinco euros el kilo. El concejal de Medio Rural, José Antonio Cuevas, anima a los productores a participar en la cita que inaugura el otoño piloñés.

El edil lamenta la crisis que atraviesa el sector, reflejo de la que vive el campo. Además, muchas veces el aprovechamiento de los pastos para el ganado no es compatible con los avellanos, lo que dificulta aún más que se opte por su cultivo.

La nefasta cosecha de este año dificultará poder abastecer la demanda de algunas empresas de repostería que se habían interesado en los últimos meses en las avellanas locales ante la escasa producción de otras foráneas, como las de Turquía. La avellana de Piloña juega con ventaja. Muchas de las variedades que aquí se dan están consideradas de las mejores del mundo. Ahora sólo falta que haya quién las cultive.