En Cañu la fiesta goza de muy buena salud gracias al trabajo de vecinos como los hermanos Desiré y José Manuel Tarapiella, Yosé Gutiérrez, Manuel Ángel y Gabriel García o Luis Miguel Moro. Los más jóvenes del pueblo tomaron el relevo de Juan Mata y Sergio Tarapiella para evitar que la fiesta desapareciera y el resultado no pudo ser mejor, según explicaron asistentes como Lara Tarapiella, que lleva 20 años sacando la imagen en procesión junto con su compañera Carmen Fornés y ayer no hizo una excepción. A estas se unió en el último momento Aida Pérez, de Triongu, para cumplir una promesa.

Mari Cruz Alonso, fue otra de las decenas de fieles que ayer se acercaron a la capilla de San Miguel para celebrar la fiesta de la Virgen de la Salud. Alonso ya trabaja en la confección de un traje tradicional para acudir el próximo año vestida de aldeana junto a sus dos hijas, Mínima y María Serna.

Quien tampoco quiso perderse la fiesta fue Josefa Alonso. Esta vecina de 92 años dona desde hace años el ramu, que en esta ocasión transportaron Desiré Tarapiella, Paula Moro, Tamara Joglar y Lorena Álvarez. "Esta Virgen nunca falla, es la mejor y por eso viene gente de todas partes a verla a diario", explicó Alonso. Prueba de que el fervor por la imagen traspasa fronteras es la joven Covadonga Valdés y su madre Amalia Díaz, que cada año regresan de Méjico por estas fechas para no perderse la celebración. "Venimos a pedir salud para toda la gente que queremos y cada año hay más gente", aseguró Valdés, que ataviada con el traje de aldeana portó la cruz en la multitudinaria procesión.