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El hervidero cultural de Intriago

La asociación de vecinos del pueblo cangués pide que se urbanice el prado comunal en el que se celebran actividades como el festival "Maizu Rock"

El hervidero cultural de Intriago

"En Intriago tenemos muchas ideas y pocos fondos para llevarlas a cabo, pero todo el mundo arrima el hombro". Lo dice Miguel Ángel Palacios, presidente de la asociación vecinal de la localidad canguesa, que cuenta con casi un centenar de residentes. Este profesor jubilado impulsó hace cuatro años el organismo con el objeto de coordinar otras asociaciones ya existentes como la del agua de Umandi o la de los festejos de Santana y dinamizar el pueblo. El resultado no puede ser mejor. Los 70 asociados se han rascado los bolsillos (una derrama y cuotas anuales) para comprar una finca en La Vega, de 2000 metros cuadrados, donde lo mismo hacen una reunión informal que montan un macrofestival.

Y es que hace dos años, la asociación cultural "Sintir" que capitanea el joven Borja Fernández, recuperó el reputado "Maizu Rock", que cada segundo sábado de julio reúne a artistas de la talla de "Mala Reputación" y planea un festival folk. Además hay cantera musical en el pueblo, lugar de origen de Gerardo Balmori y Alberto Montoto, de "Polémika" y de Héctor y Pablo Martínez, del grupo "Desakato" o del técnico de sonido Isma Rodríguez. Este último es natural de la Cuenca pero regresó para cuidar a su padre y la única pega que pone es "lo mal que funciona la conexión de internet".

El pueblo, situado a 8 kilómetros de Cangas de Onís y al que se accede desde la carretera AS-114, es el destino favorito de tailandeses, filipinos o australianos, según explican Angelita Fanjul y Luisín Blanco, que regentan uno de los tres hoteles situados en Intriago, a los que hay que sumar 5 casas rurales . "El que viene repite por la tranquilidad y el paisaje, aseguran los hosteleros.

Como no sólo de turismo vive el hombre, otro de los puntos fuertes de la localidad es su cabaña ganadera, según explica Federico de la Vega, alcalde pedáneo desde hace 40 años. También la pesca en el Güeña es otra de las señas de identidad del pueblo, que antaño llegó a tener 7 molinos. El propio de la Vega tuvo medio centenar de vacas de leche pero a sus 67 disfruta de la jubilación junto a su mujer Emilia Cándida Tomé en "El Bosquexu", en el mismo edificio que hasta hace casi dos años la familia regentaba un concurrido bar-tienda. El residente no cambia Intriago por nada porque "no hay lugar donde se den mejor les fabes o la fruta de junio a octubre", explica el vecino, que junto a su hermano Leandro forma parte del jurado del concurso-exposición de quesos de los Picos de Europa que desde hace 75 años se celebra en Cangas de Onís. Precisamente la tradición quesera está presente en Intriago de la mano de Natalia Valle, que dejó la peluquería para regentar una quesería de gamonéu del valle en El Recuestu.

El sueño de los vecinos pasa ahora por que el prado comunal de La Vega se urbanice y poder crear allí un área de encuentro, en el que no falte un área recreativa con parrillas, un parque infantil e incluso una pista deportiva pero para eso, según cuentan, necesitan que el ayuntamiento lo urbanice primero y obtener alguna subvención. Otro tema que preocupa es el del saneamiento, pues a pesar de estar a los pies del Parque Nacional de los Picos, sus residuos son escupidos directamente en el río. También reclaman un dragado en el río Umandi para evitar inundaciones.

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