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Cardín, el gran vendedor piloñés

El concejo llegó a exportar hasta 300.000 kilos de avellana en sus años de esplendor, a Cuba, Brasil, Checoslovaquia y Suiza

De Piloña llegaron a salir hasta 300.000 kilos de avellanas en los años de esplendor del cultivo, que ahora pasa por horas bajas. Había familias del concejo que recogían cosechas de hasta 4.000 kilos. Luis Cardín Meana fue un emprendedor piloñés que supo ver y aprovechar el potencial de su comercialización y en 1917 comenzó a exportar avellanas a Londres (Inglaterra). Primero embarcaba la mercancía en el puerto de Ribadesella y después en Gijón.

En 1922 se creó la Agrupación de Exportadores de Asturias y ampliaron el mercado internacional a Checoslovaquia o Suiza. Cardín también envió el cotizado fruto piloñés, además de castañas, nueces y fabes, a Cuba y Brasil. La guerra civil limitó el comercio al mercado nacional, principalmente a Reus (Tarragona). El auge del negocio le llevó a comprar una máquina descascarilladora, que conserva la familia y que llamó y sigue llamando mucho la atención. Fue casi una revolución. Este gran emprendedor piloñés vendía incluso la cáscara de la avellana que se utilizaba para atizar la cocina de carbón.

Los hijos de Luis Cardín, Francisco y Pepita, recuerdan que su abuelo, Francisco Cardín Torre, emigró a Cuba y a su regreso compró varios terrenos en la Medina (Infiesto), donde instaló unos almacenes y una panadería. Su padre estudió perito mercantil en Valdediós (Villaviciosa) y fue quien se quedó con los negocios familiares. Aprovechando que su hermano Manolo estaba en Cuba realizó varios envíos de avellanas, castañas, nueces y fabes. A partir de 1917 fueron muchos los kilos que envió a Inglaterra.

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