Las obras para acabar con las goteras de los pisos de protección oficial de la calle Argüelles de Arriondas comenzarán en menos de dos semanas y estarán listas antes de que acabe el año. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales del Principado, después de que LA NUEVA ESPAÑA se hiciera eco del malestar vecinal por las humedades presentes en las ocho viviendas que gestiona Vipasa.
El último escollo para que se inicie la reparación del tejado es concluir la tramitación administrativa correspondiente, "que está ultimándose". Los trabajos, adjudicados a finales de septiembre a la empresa Asturimagen SL, cuentan con un presupuesto de 51.854,55 euros, IVA incluido. Las obras van destinadas a eliminar definitivamente todas las humedades de filtración que se vienen produciendo en las distintas viviendas. Para ello está previsto levantar la cubierta de chapa metálica existente y colocar una nueva. También se cambiará el sistema de evacuación de aguas pluviales y se colocarán nuevos canalones de cinc en el borde del alero. Además, se levantarán claraboyas y se volverán a colocar correctamente. Las viviendas, algunas afectadas por humedades desde hace una década, serán pintadas con pintura plástica. También se quitará la chapa metálica deteriorada existente en la fachada y en su lugar se colocará un nuevo revestimiento. Para concluir, se limpiará toda la fachada.
Los vecinos recibieron "con alivio y mucha alegría" la noticia de que comerán las uvas y darán la bienvenida al nuevo año sin humedades. Así lo expresaron residentes como Consuelo Redondo, presidenta de la comunidad. "Yo llamé ayer a Vipasa a primera hora para comunicar que, dada la mala situación del edificio, no me quedaba más remedio que abandonarlo, y la sorpresa fue tremenda cuando me comunicaron que por fin iban a empezar las obras", dijo. Redondo destacó el trato afable recibido por parte del gerente de Vipasa. "Estamos la mar de contentos, aunque hasta que no veamos las obras no nos lo creeremos", aseveró la residente, visiblemente emocionada.
Y es que la humedad caló hasta las entrañas del edificio y se instaló incluso en los trasteros del sótano, donde algunos vecinos se vieron obligados a quitar el portalámparas para evitar cortocircuitos. A pesar de tratarse de viviendas en régimen de alquiler, la comunidad llegó a hacer una colecta para intentar tapar las goteras. Lo que más echaron en falta los vecinos fue que algún responsable político se acercara a sus hogares para conocer su situación.
El alcalde de Parres, el socialista Emilio Manuel García Longo, celebró el pronto comienzo de las obras y aseguró que, aunque no es competencia directa del Ayuntamiento, el equipo de gobierno hizo un seguimiento continuo del problema. "Los procesos de contratación son muy largos porque tienen que pasar muchos filtros, pero durante este tiempo tuvimos la puerta abierta para los vecinos", apostilló el regidor parragués.
