El rugido de los motores invadió ayer Colombres en la IV Concentración internacional de motos clásicas organizado por el "Moto Club Indianos". El colectivo local calculó que unas 6.000 personas pasaron ayer por el evento, que contó con alrededor de 3.000 vehículos sobre dos ruedas.

En la ruta se inscribieron 310 moteros venidos desde Alemania, Inglaterra, Holanda, Francia, EE UU, Australia, Escocia y, por supuesto, España. Hubo más participación que otros años y los escoceses fueron la nacionalidad novedosa en esta cuarta edición, que va cogiendo cada vez más fuerza.

Por la mañana visitaron Arenas de Cabrales, Llanes y Panes y hoy se desplazarán hasta Oceño, donde realizarán una degustación de queso picón asturiano. Ayer por la tarde se celebró la "III Subida de Bustio a Colombres 12+1", en la que participaron motos de velocidad anteriores a 1980 y que sirvió como preludio de la segunda carrera de motocross clásicas, que se celebra hoy domingo, de 11.00 a 17.00 horas.

Entre medias, un ejército de apasionados de las motos clásicas que han podido disfrutar de la presencia de figuras como José Moro, campeón provincial de motos clásicas, y Antonio Bolo, que fue campeón provincial de motos normales.

La concentración rindió homenaje a la marca "Puch", de fábrica asturiana, y a tres de sus pilotos oficiales de los años setenta. Jesús Saiz (que fue campeón de España con esta marca en 1972), Pedro Luis Larraz y Valentín Gutiérrez recibirán mañana una placa en reconocimiento a sus méritos deportivos en la especialidad. El evento también contó, en su parte técnica, con otros míticos de las motos, José Ángel Mendibil y Titín Sainz, excampeones de España en los años sesenta y setenta.

La concentración motera invadió la capital ribadedense de un extremo a otro e incluso llegó a ralentizar el acceso y dificultar el aparcamiento. Pero nada que lograra empañar una jornada festiva cargada de sol, buenas temperaturas y mejor humor, como del que hizo gala quien respondió a un recién llegado que sitio para aparcar había "en Llanes", a poco más de veinte kilómetros.

En la plaza del Ayuntamiento se ubicaron las casetas promocionales y otros puestos, además de una paella de grandes dimensiones y otros manjares gastronómicos. Las motos aparcaron por donde pudieron, plaza de la iglesia incluida, y el desfile sobre dos ruedas fue constante por toda la carretera general. En el polideportivo, situado en la parte alta del pueblo, se ubicó un mercadillo temático al que el ovetense César Mediavilla llevó algunas de sus antigüedades más preciadas.

Entre todas destacó un cochecito de los años cincuenta, un Lotus inglés a pedales, valorado en nada menos que en 500 euros. Se trata de un juguete que "sólo las personas con mucho dinero" podían tener en la época en la que fue fabricado y ahora se ha convertido en una "pieza de coleccionista", explicó Mediavilla, quien llegó a tener setenta triciclos antiguos. Gracias a los hoteleros de la zona y al "Motor Club Indianos" la cuarta concentración internacional ha sido todo un éxito y ha permitido, además, realizar una donación económica a la Fundación Sandra Ibarra de lucha contra el cáncer y a la Fundación Ulpiano Cuervo, que regenta el centro local para personas mayores.