La feria ganadera de Santa Teresa reunió en Infiesto casi un millar de las mejores cabezas de ganado. Las ventas en la carpa de la plaza del Ganado, que se quedó escasa para acoger a tantos animales, fueron lentas pero constantes. De hecho, los tratantes fueron unánimes al reclamar una ampliación del espacio.

Los precios estuvieron comedidos. O al menos eso aseguran tratantes como Pablo Arenas. Este joven piloñés había colocado a media mañana el 80 por ciento de las 146 reses que llevó a la feria, algunas con cría. El mayor lote fueron una veintena de vacas asturiana de la montaña que colocó en el País Vasco. Algunos de sus ejemplares fueron a parar a Extremadura, Cantabria o Galicia. Arenas aprovechó para hacerse con 14 terneros pasteros. "La feria cada vez va a más y este recinto se nos empieza a quedar pequeño. Si hubiera más espacio yo hubiera puesto mucho más ganado a la venta, pero aquí están demasiado apretadas las vacas", explicó.

Con él coincidía su pariente Juan Carlos Arenas, que bajó de Valles de San Román un total de 137 vacas, que vendió "a precio regalado". El tratante lamentó la falta de espacio para el ganado "porque así las vacas lucen menos y se venden peor, y además puede suponer un peligro para la gente", dijo. Como solución proponía la ampliación del espacio ferial a fincas situadas a la salida de Infiesto, como las de El Orrín. Su hija Carla Arenas, que se ocupaba del papeleo en una carpa contigua, aseguró que lo más demandado en la feria piloñesa fueron "las vacas marcadas asturiana de los valles o asturiana de montaña (casina)". Las primeras cotizaron a un precio por encima de los 1.4000 euros y las segundas a 800 euros de media.

En la plaza del Ganado de Infiesto también se pusieron a la venta reses de la raza parda alpina (ratina) que superaron los 1.300 euros y algunas cruzadas con precios de lo más variado. La presencia de las frisonas de leche fue testimonial. "El fin de las cuotas lácteas y la liberalización del mercado de la leche sin precios mínimos supone un varapalo para las explotaciones familiaresasturianas y nadie se atreve a comprar estos días", coincidían los asistentes.

Además de ganado vacuno, a la feria también acudieron una veintena de caballos, que se situaron en un aparte de la carpa, a orillas del río Piloña.

Muchos ganaderos cerraban tratos al pie de la carpa, billetes en mano, como antaño. Algunos ya habían hecho negocio en la tarde-noche del lunes y otros tantos acudieron sólo "para echar un ojo". Este fue el caso de Armando Gutiérrez, ganadero piloñés de La Granja (Biedes), que destacó la gran calidad de la feria. "Junto con la de Corao es de las más importantes de la región, lo que pasa que con el descontrol de la PAC no sabemos muy bien cuándo es mejor comprar por el tema de las ayudas", contó. El joven, que cuenta con una explotación de 53 vacas, no quitaba ojo a la raza asturiana de la montaña. "Son las mejores, se venden mucho fuera de Asturias para cruce porque tienen fama de criar bien y ser buenas madres", matizó.

Para echar "sólo una ojeada" también se desplazó a Infiesto el ganadero naveto Fernando Díaz, que echó en falta "un recinto ferial en condiciones porque las vacas en la plaza del ganado están apretadísimas", reflexionó.

Otros representantes del sector como Juan Manuel Vázquez, de Castañedo (Santo Adriano), quedaron "asustados" de la gran cantidad de gente que acudió a la feria piloñesa. Vázquez se hizo con 40 vacas de asturiana de los valles a un precio medio de 1.400 euros por cabeza "porque son unos precios muy razonables y comedidos", dijo. En la misma línea coincidía Daniel García, ganadero de Quintes. Aunque posee un total de 116 vacas sólo puso a la venta cuatro en Infiesto y aprovechó para comprar una asturiana de los valles "porque los precios están regalados", aseveró.

El tratante piloñés Juan Barro acudió a la cita ganadera con 50 vacas y sólo se llevó de vuelta a casa tres. Los tratos de la tarde del lunes también fueron productivos, pues vendió en casa más de medio centenar. Para este tratante de Belonciu las ventas también fueron lentas durante la mañana de ayer y en pequeños lotes. "Se vendió, pero hubo que amoldar mucho los precios", dijo. El mayor lote de asturiana de los valles lo mandó para Galicia. Fueron un total de 32 reses. La media por cabeza superaba los 1.400 euros. El tratante reconoció que la plaza del Ganado se quedaba pequeña para acoger una feria tan visitada, pero duda de la conveniencia de trasladarla a terrenos del extrarradio. "Si la sacas del centro se muere", aventuró. La presencia de lobos en los montes piloñeses "porque aunque las autoridades lo nieguen, existen" es una de las mayores preocupaciones del piloñés.

El concejal de Medio Rural, José Antonio Cuevas, hizo un balance "muy positivo" de la feria y lamentó que el tiempo no acompañara el lunes, "día en que llega el mayor grueso de participantes".

A pesar de la lluvia, la Feria de Santa Teresa contó con una gran asistencia de público que paseó por la villa de Infiesto recorriendo los múltiples puestos y exposiciones. Uno de ellos se encontraba en la carpa de delante del Ayuntamiento, donde aves y conejos hicieron las delicias de los más pequeños.

Además de las ferias ganaderas, también se colocaron numerosos stands a lo largo de la calle Covadonga, que permaneció cortada al público durante toda la mañana, al quedar el tráfico desviado por el Paseo del Sol. Ropa, calzado, paraguas, cestos o los más variados productos gastronómicos de la comarca fueron algunas de las cosas que se pusieron a la venta.

Al cierre de esta edición estaba prevista la actuación de la dj asturiana Annita Yes, que se publicita como la doble de Pamela Anderson. La orquesta "Cuarta Calle" también tenía una cita en el escenario del Paseo del Sol gracias al impulso de los comerciantes de la Asociación de comerciantes y servicios de la Villa de Infiesto (Coservi) en colaboración con el Ayuntamiento piloñés. La verbena nocturna ponía el broche de oro a las celebraciones de Les Feries de Santa Teresa, que comenzaron el lunes con el 57º. Concurso-exposición regional de ganado vacuno.