La planta satélite de gas natural licuado de Los Llanos, en Colunga, ya tiene licencia municipal. Sin embargo, le faltan los informes que Carreteras del Principado y la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) deben aportar al Ayuntamiento para que éste dé su visto bueno al inicio de las obras de construcción.
La licencia fue aprobada en el pleno extraordinario del pasado lunes con los votos favorables del PSOE (en el gobierno con mayoría absoluta) y del PP. Foro Asturias, con un único concejal, votó en contra. El edil, Miguel Hornillos, consideró que la concesión de la licencia podría esperar a la incorporación de esos dos expedientes, ya que, de lo contrario, podrían derivarse responsabilidades para el Ayuntamiento.
Fue Carreteras el organismo que echó para atrás el primer proyecto presentado por la empresa promotora, Naturgás, por no estar de acuerdo con el acceso que proponía para la entrada y salida de la autovía. Tras esta decisión regional, la compañía adquirió una parcela pegada a la finca donde se desarrollará la planta y se ubicará este acceso.
En un informe del pasado día 6 el secretario municipal destaca que "no consta la autorización expresa de los accesos del titular de la AS-260, habiéndose modificado parcialmente el ámbito afectado como consecuencia de la modificación de los accesos, sin que exista pronunciamiento al respecto de la CUOTA ni información pública al respecto".
Las obras de construcción de la planta de gas conllevarán el pago por parte de la empresa promotora de un canon de 10.117,41 euros al Ayuntamiento y fueron aprobadas por la junta de gobierno local en enero del año pasado. Además, el promotor deberá avalar el coste de las obras de urbanización precisas en un porcentaje no inferior al 60 por ciento.
El gas natural licuado (GNL) es gas natural que ha sido procesado para ser transportado en forma líquida a presión atmosférica y a -162 grados centígrados. Se le atribuye el menor impacto ambiental de todos los combustibles fósiles por la alta relación de hidrógeno y carbono en su composición, y porque sus posibles derrames se disipan en el aire y no contaminan el suelo ni el agua.
Los primeros pasos para explotarlo se dieron en el siglo XIX, pero hasta 1912 no se construyó la primera planta de licuefacción de gas natural (en Estados Unidos). La de Colunga no será una planta productora, sino satélite.