El mejor queso gamonéu del año es el que ha elaborado Cándido Asprón en la Majada de Belbín, por el que el restaurante asturiano Carlos Tartiere, ubicado en Madrid, pagó ayer 2.600 euros en el XXXVI certamen que se celebró en Benia de Onís. Esta suma se destinará a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), lo que hizo de la puja una carrera solidaria y también de marketing, por la publicidad que reporta al comprador. Juan Carlos Rubio, representante del establecimiento, se llevó una pieza de cinco kilos elaborada con un sesenta por ciento de leche de vaca y un cuarenta de cabra, que Asprón puso a madurar en la cueva a principios de junio. El mejor queso de 2014 se vendió por 1.900 euros a un hostelero del concejo de Onís.

El gamonéu demostró ser solvente en producción y ventas, pues la remesa de este año resistió incluso "el calor que hizo, que no es bueno para el queso", explicó Asprón, de la quesería del mismo nombre, al igual que Covadonga Fernández, de la Quesería Gumartini, también remarcó que "vino un tiempo fatal para el queso, hizo muchísimo calor y allí dentro no hay aire acondicionado", bromeó la experimentada quesera.

Asprón concursó este año, por primera vez, en la categoría de queso del puerto y del valle, pues la pasada primavera empezó a elaborar este segundo en Bobia de Abajo, en el concejo de Onís. Al certamen llevó unos cien kilos de gamonéu del puerto y unos cincuenta del valle, una producción que para la una y media de la tarde ya había agotado. Esto sucedió antes de que se supiera que el suyo sería encumbrado como mejor gamonéu del año. Tuvo éxito el del puerto pero también el del valle, que se llevó el cuarto premio en su categoría.

El segundo mejor queso de los elaborados en el puerto fue el de la Quesería Enrique Remis, mientras que la Quesería Fana quedó en tercer lugar y la Quesería Gumartini en el cuarto. Entre los del valle, el primer premio fue para la Quesería L'Arbeyal, el segundo para El Recuestu y el tercero para la Quesería Priena.

Al certamen se presentaron once quesos del valle y cuatro del puerto. El jurado evaluó en las primeras horas el aspecto exterior, el corte, el olor, la textura y el sabor antes de darles una puntuación global. También analizaron el desarrollo del hongo penicillium, el responsable del color azulado de quesos como el cabrales. Pero, al contrario de lo que sucede con su vecino, el queso de gamonéu tiene que tener "mohos en el exterior y un ligero afloramiento interior, si es mucho se penaliza", explicaron miembros del equipo de cata.