Halloween gana adeptos en Piloña, donde decenas de vecinos se preparan para vivir la noche más terrorífica del año. La planta baja de la Casa de Cultura de Infiesto acoge el sábado, a partir de las 21.30 horas, un pasaje del terror, no apto para personas con problemas de corazón, según señala Rafael Cortina, impulsor de la iniciativa. Con ayuda de voluntarios como el joven David Fresno, prepara a mano estos días los escenarios, en los que no faltan decorados con la casona y un viejo cementerio. La entrada es gratuita para quienes se atrevan a plantar cara a personajes como el hombre de la motosierra o el noble cadáver pianista, entre otros. Los participantes podrán entrar durante toda la madrugada en grupos de no más de cuatro personas y el recorrido dura unos cinco minutos. "Algunos saldrán corriendo de pánico pero lo importante es que todos lo pasan como los indios", señala Cortina, que hace hincapié en el apoyo recibido por parte del consistorio piloñés y de los comerciantes para sacar adelante la iniciativa. El organizador no descarta poner un photocall y cámaras en el recorrido para inmortalizar la noche de brujas. "La idea es que cada año vaya a más, sea más realista y se cuiden los detalles", apostilla.
Pero Halloween también llega a pueblos como el de Biedes, donde mañana celebrarán por adelantado la fiesta anglosajona con una gymkhana nocturna terrorífica. La idea partió del vecino Sebastián Guerrero hace siete años y en cada edición gana más seguidores. Los vecinos más jóvenes recorren disfrazados los principales caminos de la localidad con la única iluminación de 27 calabazas que estos días se ufanan en vaciar y preparar. El colofón final lo pone la proyección de la película "Poltergeist".
