Las obras de renovación de la traída de agua de Arriondas se ralentizan. Las dificultades por las que atraviesa la empresa adjudicataria son, según fuentes de la Consejería de Fomento, los principales causantes de la demora. Los técnicos de la obra están a la espera de que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de luz verde para que los trabajos puedan cruzar la vía del tren a la altura de Ozanes. Así las cosas, parece difícil que se cumplan los plazos que señalaban el fin de la obra para antes de que acabe el año. No obstante, el alcalde, Emilio Longo, espera que en poco días Adif les de el permiso. Y aseguró no tener constancia de que los trabajos se vayan a ralentizar.
Arriondas cuenta con un sistema de tuberías obsoleto desde el manantial de Güeyu La Riega hasta el depósito de Castañera. Por eso la máxima prioridad del gobierno local socialista en los últimos años fue urgir la renovación, que depende de la administración regional, para instalar más de 4.800 metros de tubería de polietileno de alta densidad. Y es que entre 2011 y 2014 se registraron en esta zona 65 averías en las antiguas tuberías de fibro-cemento. El buen hacer de los operarios municipales impidió que los vecinos se quedaran sin suministro en muchas ocasiones. Pero este verano los problemas alcanzaron su punto álgido con el reventón de tuberías durante tres días consecutivos, que dejaron durante casi una semana a los vecinos sin agua corriente, lo que motivó una cacerolada por las calles de Arriondas.
Las obras de renovación sufrieron retrasos por la negativa de varios vecinos a firmar los contratos de ocupación temporal para realizar los trabajos en sus fincas. El acta de replanteo se inició el 22 de enero de 2015 y aunque el plazo de ejecución era de 12 meses, todo indica que será necesaria una prórroga. Aunque 55 empresas se presentaron a concurso, fue finalmente Contratas Mecuma SLU la adjudicataria de las obras, con un presupuesto de 449.628,99 euros.
Los miembros de la oposición parraguesa -Foro, PP y especialmente IU- ya hicieron hincapié en el último pleno celebrado en septiembre en la necesidad de supervisar con ahínco las labores de la empresa adjudicataria.
