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El consultorio oriental

Los pies, mejor descalzos

Los podólogos aconsejan caminar sin zapatos una hora al día para fortalecer la estructura ósea, eliminar estrés y evitar dolencias

Caminar descalzos es "buenísimo", por lo que "deberíamos hacerlo todos los días un mínimo de una hora", asegura el podólogo piloñés Alejandro Menéndez. La explicación es simple: porque nacemos descalzos.

El pie -explica Menéndez, es una estructura que por el uso de zapatos se ha ido debilitando desde el punto de vista óseo y dérmico. La costumbre de andar con él desnudo permite fortalecer también la estructura de la pierna. Pero es que además "ayuda a eliminar tensiones emocionales como ansiedad, estrés, depresión o enfermedades patológicas y cardiovasculares", porque cuando la dermis entra en contacto con el suelo se "activan las energías y las terminaciones nerviosas de los órganos, que pasan por el pie".

Es especialmente beneficioso para los bebés y las personas mayores. Los niños pequeños encuentran en sus pies descalzos una forma de conocer el mundo y situarse espacialmente, por lo que les aporta seguridad, pues las partes del cuerpo donde se encuentran la mayoría de las terminaciones nerviosas son pies, manos y orejas. Incluso hay estudios que aseguran que caminar descalzo estimula su inteligencia.

Pero el problema está en que padres y, sobre todo, abuelos, se ponen de los nervios cada vez que ven al niño sin zapatos porque creen que automáticamente cogerá un resfriado. Pero Alejandro Menéndez da una sencilla solución: poner un calcetín que permita el correcto movimiento de los dedos y no oprima el pie.

La pediatra Gloria Colli lo explica claramente. Los catarros se producen por dos razones que deben darse a la vez: virus y frío. Los primeros están en cualquier lugar y durante todo el año. Pasan del tracto respiratorio de una persona al de otra de forma directa al hablar, estornudar o toser, por ejemplo; y también lo pueden hacer de manera indirecta, a través de las manos, al tocar superficies donde están los virus y llevarlas después a la boca o la nariz. Esos virus se quedan en las mucosas y dependiendo de cómo responda el sistema inmunológico provocarán o no un resfriado.

Cuando bajan las temperaturas es más fácil contagiarse en los lugares que hace calor porque los virus aprovechan los lugares cerrados donde hay menos ventilación y renovación de aire. Al salir a la calle, con el virus en la mucosa de la nariz, el frío provoca su vasoconstricción y al haber una menor presencia de leucocitos (defensas) provoca también un menor movimiento de los cilios, que hacen de barrera para disminuir el paso de gérmenes al tracto respiratorio. Por eso en invierno es más fácil que los virus provoquen resfriados. Así que nada tiene que ver andar descalzos con acatarrarse.

No obstante, el podólogo piloñés explica que aunque caminar con los pies desnudos en casa es muy beneficioso, aún lo es más hacerlo en la naturaleza, sobre el césped o la arena de la playa. Pero los agentes externos que pueden provocar cortes, pinchazos, hongos o un papiloma son los inconvenientes que suelen limitar a la hora de quitarse los zapatos. Hay que evitar caminar sobre superficies inclinadas para prevenir sobrecargas

Los forofos de esta práctica se han apuntado al "barefoot", que, según explica el podólogo, consiste en caminar y correr descalzos. Pero ha de hacerse de forma progresiva hasta que el pie vaya endureciéndose. No es nada descabellado, porque unos de los mejores atletas del mundo son los keniatas y no es extraño verles correr con los pies desnudos. Menéndez también aconseja a las personas mayores que se quiten los zapatos para "eliminar las tensiones musculares de estar echados y sentados".

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