La angula tuvo ayer en Ribadesella "las mejores condiciones" para entrar de lleno en los cedazos de los 82 pescadores que obtuvieron licencia en la cofradía "Virgen de Guía". El cuarto menguante que ya anuncia la "oscurada" (la quincena que va hasta el cuarto creciente) y el tiempo lluvioso y revuelto de los días previos son circunstancias idóneas para la afluencia del alevín, que sin embargo está sujeto a otros factores y nunca asegura la fecha de llegada.

El secretario de la cofradía riosellana, José Manuel Gutiérrez, esperaba en las horas previas al inicio de la costera que ésta marchara bien. Las próximas dos semanas son los días "en los que se suele pescar algo", explicó Gutiérrez, que además es angulero, quien deseó que hubiera "algo". También lo esperaba el riosellano Iván Gutiérrez, quien describió cómo "el tiempo parece favorable y ya hubo dos manchadas, dos turbias, en el río". Antes del inicio ayer de la costera, el angulero ya había visto con la linterna alguna angula correr por la playa, aunque ayer estaba escéptico.

Esta actitud reinó entre todos los anguleros que al oscurecer se apostaron en la playa de Santa Marina y celebraron cada angula que entraba al cedazo. Para las 19.30 horas, el riosellano Daniel González había pescado cinco ejemplares y era el único del grupo que le acompañaba.

"El que hoy coja cien, que se vaya contento para casa", opinó el angulero, quien además valoró lo bien que cuadra este año el calendario con la evolución de la luna. "Libramos todos los días de 'oscurada'", destacó González, quien no obstante subrayó que hay "más factores" que afectan a la pesca. Uno importante es que el río baje revuelto, algo que a la angula le gusta mucho. "Siempre nos coincide vedado cuando el río baja turbio", apuntó el joven riosellano.

A su juicio, en la escasez actual de angula influyen muchos factores, no siempre tenidos en cuenta. "Las presas cortan el ciclo de la anguila y no pueden volver al mar", puso González como ejemplo, junto al "cambio climático, las corrientes" y otros aspectos, menos remarcados que la sobreexplotación que los ecologistas les atribuyen.

En la playa riosellana pescaban ayer veteranos como José Fuente, quien lleva más de cuarenta años en Ribadesella y va a la angula desde 1975. Nota, como todos, la escasez en las capturas respecto a aquellos inicios, pero asegura desconocer los motivos. "Eso nadie lo sabe", añade mientras hunde el cedazo en el agua.

Los resultados de esta primera noche de costera se verán hoy a las 11.30 horas en la rula de Ribadesella, donde se realizará la primera subasta. Los precios que alcanza el pescado en estas primeras ventas reportan buenos ingresos a quienes tienen suerte en el estreno, aunque pocos confían en que se superen los 4.652 euros por los que el lunes se vendieron las primeras de la región en la rula de San Juan de la Arena.

No pretenden batir este récord, pero sí alcanzar un buen precio. "A ver si por lo menos vale algo y podemos sacar el jornalín", deseó Iván Gutiérrez. El precio registrado esta semana arrebató el récord histórico que ostentaba Ribadesella desde el año pasado, cuando se pagaron 3.000 euros por el primer kilo. La rula riosellana subastó entonces el mismo día que San Juan de la Arena, que en 2014 se quedó en los 900 euros el kilo.

Los anguleros tienen por delante cuatro meses de costera, los mismos que en la temporada pasada, en los que la ley de la oferta y la demanda y las leyes naturales decidirán sobre la rentabilidad del preciado alevín.