La cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, parece haberse contagiado de las buenas cifras de ocupación que registró la comarca durante el verano. La gruta llenó un 92,81 por ciento de los pases disponibles en la temporada que se inició el 1 de abril y se cerró el pasado domingo.

Ahora se adentrará en un periodo de letargo en el que tiene que recuperar sus condiciones de temperatura y humedad, un trabajo que hará de forma natural y sin necesidad de la intervención humana. En los 153 días en que ha estado abierta este año, un total de 21.161 personas disfrutaron de la cavidad y del arte rupestre que atesora. Son 1.130 personas más que en la temporada pasada, cuando recibió a 20.031 visitantes y tuvo una ocupación del 89,03 por ciento.

El mes más ajetreado en la cueva fue julio, cuando 3.400 personas se adentraron en ella, mientras que en mayo fueron 3.031, en septiembre 3.044 y en agosto 2.937. Los cupos que actualmente rigen las visitas a Tito Bustillo son de quince personas en diez pases diarios, lo que da un total de 150. Esta cifra se estableció en el año 2011, aunque ya antes de esta fecha se había empezado a reducir el cupo, anteriormente situado en las 360 personas al día, distribuidas en quince pases. Este régimen de visitas podría cambiar, pues el pasado mes de febrero la Dirección de Patrimonio del Principado -titular de la cavidad- anunció que sería distribuido a lo largo de todo el año en función de los criterios de conservación que manejan. Se habló entonces de "cambiar o dilatar" la temporada actual, que dura ocho meses y está establecida de marzo a octubre. Entre tanto, la gruta reposará tranquila hasta la próxima primavera, cuando es previsible que reabra sus puertas.