Mucha ilusión y confianza en lo que se hace, una constante reflexión e invención para mejorar y saber aprovechar las oportunidades del entorno (tanto físico como familiar) son algunas de las claves que dieron ayer siete riosellanos en el primer "Encuentro de Empresarios Riosellanos", organizado por la asociación "Amigos de Ribadesella".

La cita se celebró en la Casa de Cultura con la presencia de algunas de las empresas más prósperas del concejo. Desde el joven surfista Guillermo Alonso, que empezó a pensar en su actual escuela de surf con tan sólo 16 años, a los responsables de empresas familiares como Roberto Aramburu o Pedro Corteguera, los participantes expusieron las luces y las sombras de sus trayectorias en un tono ameno y muy familiar. Pese a que no hay ninguna receta mágica para triunfar en el mundo empresarial, todos compartieron alguna de las pistas que les han permitido tener éxito.

Alonso comentó, por ejemplo, que fue la confianza en sí mismo como profesor de surf y el entorno "privilegiado" de la playa de Santa Marina lo que le permitió tener una empresa que este año ha conseguido atraer visitantes al concejo durante nueve meses. Maxi Cuesta, quien aprovechó los conocimientos de su padre a la hora de fabricar piraguas para producir embalajes y contenedores que ahora emplean grandes empresas del sector espacial y militar, apuntó que "hay que intentar ir siempre un paso por delante", pues en su caso la innovación ha sido clave.

El hostelero José Manuel Viejo hizo hincapié, además, en lo importante que es que al empresario, al autónomo, le guste lo que hace. "El día que deje de ponerme nervioso con una mesa de treinta o cuarenta personas dejaré de ir al restaurante", comentó. La hotelera Ana Blanco o el empresario de carpintería metálica e inoxidable Luis González Rodríguez completaron un elenco del que Ribadesella puede sentirse orgullosa. El encuentro contó, además, con la intervención del presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Fernando Fernández-Kelly, que actuó de moderador.