En Les Roces hay casi tantos apartamentos y casas rurales como vecinos: algo más de medio centenar. Hórreos tampoco faltan pues pueden contabilizarse casi una veintena. Pero el motor económico de esta localidad, perteneciente a la parroquia canguesa de Villanueva, no es sólo el turismo. Les Roces cuenta con una potente industria que pasa por los talleres mecánicos, la fábrica de muebles o un almacén de construcción y maderas del polígono donde los políticos llevan tiempo debatiendo sobre la conveniencia de plantar una rotonda de acceso. Más: dos bares, otra carpintería, una empresa de canoas, una cantera de piedra, una planta de aglomerados y una empresa de obra civil, entre otros negocios. Y una empresa de turismo activo planea sacar adelante Francisco Sánchez "porque hay que dar un impulso al pueblo". Por eso vecinos como José Vega piden más visibilidad por parte de las administraciones, para ayudar a crecer una zona "con gran potencial pero algo olvidada". Vega forma parte de la renovada comisión de festejos que desde hace un par de años preside Juan Luis Díaz y que ha dado impulso a la fiesta de San Roque, que cada 16 de agosto se celebra en el prau del Cura. "Desde que se fundó notamos muchísimo la implicación de los vecinos, que ya preparan el belén viviente para Navidad", explica el lugareño, que aboga por recuperar tradiciones perdidas como la guerra de huevos "porque deja el pelo muy suave", bromea.
La N-625 divide el pueblo entre el barrio de Arriba y el de Abajo y en esta vía se centran algunas de las demandas más urgentes de vecinas como Teye Vega y Teté Temprana, que piden mejorar la iluminación y mayor control de los coches que pasan a alta velocidad para evitar atropellos mortales como el de hace unos años.
Teye Vega afirma que se crió detrás de la barra del bar-tienda La Fuente, un negocio que ya pertenecía a su abuelo y al que se acercan parroquianos como José Antonio González, que aunque es de Toledo no cambia "por nada un pueblo tan guapo y bien comunicado". Lo mismo opinan María Gel Temprana y su hermana Teté, aunque hacen hincapié en la necesidad de instalar bancos para personas mayores "porque ahora sólo pueden parar a descansar en el de la parada de bus" y ubicar un parque infantil para las nuevas generaciones en una zona como la de La Fragua.
