Javier Pedraces (Cangas de Onís, 1975) es autor junto a Ana Corredera del libro "Abriendo camino. La escena musical en el Oriente de Asturies 19602014", que la editorial Norte Sur Récords publicará en la primera quincena de diciembre.
-¿De dónde surge la idea de recopilar en un libro con todo el movimiento musical de estas más de cinco décadas?
-La idea de escribir este libro surge alrededor de 2006, cuando la movida musical del Oriente estaba en pleno auge. Sólo ese año se editaron seis discos y dos maquetas. Había bastantes conciertos, festivales, veías que la escena musical del Oriente estaba funcionando, en plena ebullición, casi cada fin de semana había conciertos. Yo siempre fui de ir a muchos conciertos, guardar recortes y muy aficionado a la música, por lo que tenía la base para poder empezar. Pero claro, una cosa es lo que piensas y otra llevarlo a cabo. La tarea ha sido durísima, porque es muchísimo material, el libro tiene alrededor de 580 páginas.
-¿Cuántos grupos contabilizó en la comarca en este tiempo?
-En el libro aparecen 125 bandas documentadas con componentes, biografía, discografía, carteles de conciertos, etcétera. Entre discos y maquetas se editaron cerca de cincuenta y luego discos compartidos hay otros treinta o cuarenta, en total son casi un centenar. Documento, además, todas las salas de conciertos, festivales, estudios de grabación y fanzines. Trata de abarcar todo lo que es la escena musical del oriente de Asturias.
-¿Cuál es el primer grupo que registra?
-La primera referencia de un grupo como tal es de 1960 de "Los Dados", de Llanes. En los cincuenta lo único que había eran rondallas locales, no grupos, sino bandas de música municipales y formaciones similares. El siguiente surge también en Llanes, en 1963, son "The Siemens" y en 1964 aparecen "Los Búhos", en Ribadesella. Luego un poco más tarde, en 1965 se forman "Los Sonámbulos" en Parres, en 1966 "Los cisnes negros" en Piloña y así podría seguir con muchos más.
-¿Qué criterio siguió para incluir a las bandas en su recopilatorio?
-Que hayan tocado en directo y que tuvieran una formación mínimamente estable. Empecé a hacer el libro, pero llegó un momento en que me vi desbordado y fue ahí cuando apareció Ana Corredera, que al final es coautora. Fue la que me dio un empujón y gracias a eso el trabajo pudo salir adelante.
-¿Qué fuentes consultó para hilar la historia musical de la comarca desde 1960 hasta 2014?
-A los protagonistas, a los que estoy muy agradecido, pues aunque lo redactara yo, hace falta que mucha gente te dé muchísima información y tenga interés en el proyecto. Aquí incluyo a los propios músicos, a los bares y pubs, a las asociaciones musicales, etcétera. Por ejemplo, los músicos Nino Bárcena de Ribadesella, Orlando Poo de Cangas y Paco Blues, de Infiesto, llevan tocando más de cincuenta años. Son los que conocen esto desde los inicios, porque lo vivieron. Luego todas las generaciones que vinieron después me apoyaron muchísimo, cada uno me hablaba de su grupo y de la generación que le tocó vivir. Hice más de un centenar de entrevistas y mantuve muchas conversaciones de manera informal. Aunque el trabajo más gordo fue procesar toda esa información.
-¿Cuál era el objetivo? ¿Qué quiere conseguir con esta publicación?
-El motivo principal es dar a conocer al público en general la riqueza musical que tenemos en el oriente de Asturias. En el centro de la región hay mucha gente funcionando, por supuesto mucha más que aquí, y tienen más trascendencia en los medios. Pero las alas, del Oriente y Occidente, como los grupos están más dispersos, no trasciende tanto. Tres de las bandas que salen, "Neurotics", "Capitán Memo" y "Ermitaños del río" ganaron el concurso de maquetas de los Cuarenta Principales, el más importante en Asturias. Sin embargo, no tuvo mucha repercusión. En la escena rock está gente como "Mala Reputación", con siete discos en el mercado y varias giras nacionales, o "Desorden". Y en el folk destacan los riosellanos "Corquiéu", que son uno de los grupos más internacionales de Asturias.
-Empezó el libro en 2006, en plena efervescencia, ¿a qué achaca el declive actual del circuito musical en la comarca?
-Más que declive, yo creo que lo que hay son ciclos. En 2006 se dio el mayor auge a nivel de edición de discos. En los noventa también hubo otro "boom" de la música en directo, con localidades como Cangas de Onís con nueve o diez bares que programaban conciertos todos los fines de semana. Ahora las salas ya no funcionan como antes, cuando tenían tanta gente los fines de semana que hacían un concierto y recaudaban dinero. Ahora, a veces, es casi una apuesta temeraria. Yo creo que el bajón que pegó la música en directo en el Oriente se debe más a factores que dependen de la crisis que a los problemas que hubo últimamente en Oviedo con los conciertos. Muchos locales cerraron y además es una cuestión de prioridades: lo primero que quitas es de salir por la noche. Por otra parte, yo pertenezco a la generación "baby boom", todos con varios hermanos y ahora, por la edad, muchos tenemos críos pequeños y tuvimos que dejar de salir, además de ir a muchos menos conciertos. Las generaciones actuales también son menos numerosas, son casi todos hijos únicos. Aún así todavía quedan románticos como los organizadores del Vidiago Rock en Llanes y el Maizu Rock en Intriago (Cangas de Onís), o la increíble labor que está haciendo la gente de la asociación cultural "Bocanegra" en Piloña, trayendo a gente de primer nivel y apoyando a las bandas locales.
