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Una joya del folclore asturiano protegida en Cantabria

Pericote, el símbolo sagrado de Llanes

El baile por excelencia del concejo tiene para los vecinos "el halo de lo intocable", según la antropóloga Yolanda Cerra

Pericote, el símbolo sagrado de Llanes

Sensual, lucido, elegante, distinguido, llanisco. El pericote es a Llanes lo que el tango a la Argentina: su baile identitario. La reciente decisión del Gobierno de Cantabria de declarar bien de interés cultural inmaterial sus variantes de pericote ha levantado ampollas en algunos sectores llaniscos, al considerar que el Gobierno del Principado no ha sabido dar el valor que merece al principal símbolo folclórico local, conocido en medio mundo. No hay peligro de que el pericote caiga en el olvido, porque está presente en cada una de las fiestas del concejo y porque para todos los llaniscos que se precian de serlo, muchos de los cuales lo aprenden desde niños y lo bailan en algún momento de su vida, tiene "el halo de lo sagrado, de lo intocable", como ha señalado la investigadora, lingüista y antropóloga Yolanda Cerra.

El pericote es un baile de cortejo, con aire solemne, en el que cada hombre baila con dos mujeres, y en el que muchos estudiosos han visto un proceso de conquista, pues tanto él como ellas utilizan diferentes armas de seducción. Ejemplo: en el paso quizá más espectacular del baile, los mozos dan vigorosos saltos frente a sus dos compañeras, mientras ellas se mueven con donosura y suavidad, dando la apariencia de que avanzan casi flotando, pues mueven los pies mucho más rápido que los brazos, sin apenas levantarlos del suelo, arrastrándolos levemente, con pasos muy cortos. El efecto de todo ello es sugerente y vistoso.

El hecho de que el pericote esté integrado por triadas, en vez de por parejas, y de que los pasos de los mozos y las mozas sean completamente distintos (como si de dos coreografías distintas se tratara) lo convierten en un baile distinto, especial. Claro que, en realidad, habría que hablar de "los pericotes", pues hay más de uno, sin salir de Llanes.

Aunque en cada fiesta la interpretación tiene sus particularidades, básicamente existen en Llanes dos pericotes: el antiguo, cuyo origen suele situarse en Cue y que tiene su máxima expresión en las fiestas de La Guía, y el que llaman "de Pancar", que se baila en San Roque y la Magdalena. Este último es el más extendido y surge de la recreación que realizaron tras la Guerra Civil la Sección Femenina franquista y Ramón Sobrino Pérez, "El Nino de Pancar", considerado uno de los mejores interpretes de pericote de la historia, cuya principal aportación fue la creación del "ocho doble", en el que los bailadores se disponen en tres grupos, uno de hombres y dos de mujeres, a diferencia del antiguo, en el que el galán "persigue" a una sus dos compañeras.

El pericote es el baile por excelencia de Llanes, según Marta Elola, directora del grupo folclórico "Cobijeru", de Buelna. Lo que, como señaló en 1952 el poeta Emilio Pola, obliga a "bailarlo bien, no como cualquier otro baile que sirve de entretenimiento y se hace como salga".

Se conservan cinco fases del pericote: paséu, trebeyu, triscu, triscoléu y cadena. Otras dos se han perdido: la inicial, el patagüeyu, en la que los hombres, rodilla derecha en tierra, hacían una reverencia a las mozas, y la final, la rodiellada, en la que el mozo hincaba una rodilla en el suelo y sus dos compañeras iban a descansar a sus brazos. El etnógrafo y escritor llanisco Ramón Sordo Sotres aboga por su recuperación.

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