Ribadesella es un sitio muy seguro y con lo que ayer aprendieron los escolares del colegio Manuel Fernández Juncos todavía lo será más. El centro recibió la visita de dos agentes de la Policía Local, que acercaron su labor a los estudiantes y los concienciaron sobre asuntos tan importantes como la seguridad vial.

Desde las señales de tráfico a cómo se debe cruzar un paso a nivel, pasando por lo que lleva uno de estos agentes en el cinturón, la de ayer fue una clase diferente y apasionante para muchos. Tras una exposición en el aula polivalente de La Atalaya, los escolares bombardearon a los policías a toda clase de preguntas, muchas influenciadas por lo que ven en la televisión.

El chaleco antibalas que los agentes les mostraron despertó gran curiosidad y el agente Cristóbal Cuervo les explicó que afortunadamente en Ribadesella no se utiliza. "Lo usaríamos, por ejemplo, en caso de que atracasen un banco", puso como ejemplo el policía, pese a que no recordaba un suceso así por lo menos en los últimos diez años. La explicación también sirvió para desmitificarlo, pues "si te disparan te hacen mucho daño. El chaleco te salva de que no te pase nada muy grave, pero te pasa", apuntó Cuervo ante una gran expectación que luego se multiplicó cuando su compañero Luis Diéguez les ofreció probarse el que llevaron de prueba. Eric Rodríguez fue uno de los primeros en enfundarse en la piel de un policía y aseguró que "no pesa mucho" antes de expresar lo "encantado" que estaba con la protección encima.

Los escolares también vieron de cerca el spray de defensa, así como la placa que identifica a los agentes cuando van de paisano. Estas herramientas van insertadas en el cinturón de los policías, que según explicó Diéguez puede llegar a pesar "cinco o seis kilos, tranquilamente". Además de los mencionados, los agentes riosellanos suelen llevar encima "una cámara de fotos, la defensa extensible, la pistola, los grilletes (o esposas), unos guantes anticorte, una navaja multiusos, un cargador de repuesto para la pistola y el 'walkie talkie'", que está conectado con la radio del coche.

El vehículo policial también estaba incluido en la jornada y disparó la fascinación de los escolares, que comprobaron cómo en la zona delantera es muy similar a uno convencional (a excepción de la sirena, que también sonó) pero en la trasera difiere bastante de sus turismos familiares, pues es la que se emplea para trasladar a las personas que han sido detenidas.

"No tiene nada y es todo de un cristal irrompible", explicó Cuervo antes de aclarar que en Ribadesella, por suerte, esta parte del coche "no se usa mucho. No hay mucha gente mala y de vosotros depende que haya cada vez menos". Por la actividad pasaron los alumnos del ciclo hasta tres años, de Infantil y de Primaria.