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Cangas de Onís pueblo a pueblo

Llenín, un pueblo de anuncio

La localidad canguesa, donde se ha grabado un spot de fabada, goza de inmejorables vistas de los Picos de Europa

Jaime Rodríguez y "Vasca" en La Cueste, con los Picos al fondo. C. CORTE

Llenín es un pueblo de anuncio. Lo dice Jaime Rodríguez, en cuya casa de aldea de La Cueste se rodó un conocido spot para promocionar la fabada asturiana. La construcción, como tantas otras en esta localidad canguesa, es en realidad una cuadra reformada pues en el concejo ya sólo quedan tres ganaderos.

Hasta la localidad se desplazan a diario turistas atraídos por las vistas privilegiadas que ofrece Llenín. Su ubicación sur permite una panorámica inigualable del macizo occidental de los Picos de Europa.

"Dicen que el nombre del pueblo viene de un romano llamado Leninus pero la ocupación deber ser anterior", comenta Rodríguez. Su testimonio lo refuerza la aparición de una estela vadiniense de Domitio Flavo que descansa en la exposición permanente del arqueológico de Oviedo. Los vecinos arriman el hombro para la conservación del amplio patrimonio de la parroquia, que es una "hijuela" de San Martín de Grazanes.

Prueba de ello es la restauración en el año 2013 de la iglesia de Santo Tomás de Llenín, a la que da sombra un texu milenario. "Un gallego que casó con una lugareña donó el crucero adaptado con la virgen de Covadonga y regaló las campanas, que se habían perdido durante la guerra civil y fueron sustituidas por una espoleta de bomba. Los vecinos aportaron dinero para hacer una reforma", contó Rodríguez. Cada segundo domingo de octubre celebran la fiesta de Los Ramos en el templo aunque la verbena se perdió recientemente.

El chigre de Lidia Huerta también cerró tras el fallecimiento de la dueña, dejando a los más de treinta vecinos sin su lugar habitual de reunión. "En los años ochenta triunfaba el bar de copas de Amelia, que te abría a cualquier hora y llegaba gente de todas partes", rememoró Rodríguez. Uno de los parroquianos habituales era "Ramón, el músicu", que trabajaba como jardinero en Covadonga pero en sus ratos libres no dudaba en amenizar la velada con su violín, convitiéndose en el último exponente de la música popular viva autodidacta, según cuentan sus vecinos.

Los azotes de la despoblación no hacen mella de momento en Llenín, donde los habitantes se duplican en verano, provocando incluso ciertos problemas para el abastecimiento del agua. El saneamiento y la mejora de las conexiones a internet son algunas de las reivindicaciones históricas de los lugareños.

Fantástico río truchero

Una de las señas de identidad de Llenín es su "fantástico río truchero", según cuenta el oriundo Victoriano González. El cauce del Piedrafita nace en Cuerres y hace funcionar molinos como el de Cima, uno de los mejores conservados del lugar. A sus 72 años y tras pasar tres décadas ganándose la vida en Suiza, una de las cosas que más valora este vecino y su mujer Antonia Sánchez es "la tranquilidad que se respira en Llenín". Otra gran fuente de recursos es la cueste Igüedu, pastos comunales que dan servicio también a los vecinos de Táranu, Villaverde, Pedrugada y Corao Castiellu. "Aprovechamos el rozu pa la mullía", cuentan.

Otro motivo de orgullo de los lugareños es la vía que une Llanes con Corao por Piedrafita de camino a Covadonga, uno de los más transitados y que aún conserva tramos de calzada romana, según relatan los vecinos.

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