La historia y la cultura de Ribadesella están de celebración, porque la revista "La Plaza Nueva" acaba de cumplir cuarenta números y veinte años. Editada por la asociación "Amigos de Ribadesella", su director, Juan José Pérez Valle, explica que surgió "con la idea de abrir sus páginas a la sociedad riosellana y al mismo tiempo para dar a conocer a aquellos socios que vivían fuera del concejo las cosas de interés que pasaban en él".
También nació para satisfacer una necesidad, ya que el colectivo cultural no paraba de crecer en socios (ahora tiene más de mil) y la comunicación con ellos "se hacía cada vez más difícil, pues eran necesarios muchos cientos de cartas, sellos y sobres para poder darles aviso de cualquier cosa". Estuvo a punto de llamarse "Salia", pero la idea de Carlos Tejo de llamarla "La Plaza Nueva" por el emblemático espacio de la villa riosellana, "lugar de encuentro, de tertulia, de juegos infantiles y de bailes de juventud, de reunión, de charla, de foro", apunta Pérez Valle, fue la definitiva. No hubo guión previo en los inicios y "no se sabía si aquello iba a ser un simple boletín de pocas hojas para consumo interno de la asociación o una revista formal, ni tampoco si iba a ser bien acogida o el interés que podía despertar. Así que se fue haciendo y adquiriendo entidad con la experiencia y el paso de los años", explica su director.
La revista "siempre ha estado y estará abierta a cualquiera que quiera colaborar en ella, sea socio o no" y desde el comienzo de su publicación ha mantenido con rigor el carácter riosellano. Se trata, describe Pérez Valle, "de una revista local que trata asuntos exclusivamente riosellanos dirigida a los amigos, en su más amplia acepción, de Ribadesella". Cuando nació "La Plaza Nueva" los periódicos apenas publicaban noticias de Ribadesella, de modo que dar a conocer "las cosas más relevantes y del día a día del concejo "resultaba también obligado" para la revista. Curiosamente, sigue siendo de lo más leído", destaca el director. Con una tirada de 1.100 ejemplares, los artículos históricos adquirieron un gran peso entre sus páginas, pues esta materia es la pasión de Pérez Valle, la firma más frecuente en la publicación. El propio director se dio pronto cuenta de que "con aquellos mimbres la revista podía resultar demasiado pesada, así que los premios de relato corto y de poesía que comenzó a organizar la asociación todos los años nacieron para ser publicados en ella". Más tarde se añadieron las entrevistas, el editorial, el cómic y otros géneros, que convivieron con una temática muy variada.
La revista ha cogido en este tiempo "mucho músculo y es muy apreciada", señala Pérez Valle, quien nota el interés cuando "alguien a quien ni siquiera conoces te hace algún comentario por la calle" para agradecer una publicación, reclamar que no la ha recibido, pedir números sueltos o hacer alguna crítica, que "no son muchas, aunque haberlas, haylas". A Pérez Valle no le falta fuelle para seguir con la revista, aunque espera que haya relevo cuando se retire. Han sido más de doscientos los colaboradores, a quienes el director les agradece "todo, pues sin ellos la revista no existiría". Con todo, el director de "La Plaza Nueva" echa en falta voces como las de los jóvenes o los pueblos de Ribadesella.
