El kilo de angula alcanzó ayer los 500 euros en la rula de Ribadesella, donde se subastaron entre siete y ocho kilos. Se trata del precio más alto de la costera desde los 3.000 euros que se pagaron por el primer kilo, una jornada en la que el último lote ya se vendió por 655. Pese a que la cifra de ayer está "muy bien", "lo que faltan son las angulas", expuso José Ramón Pintado, más conocido como "Garuña", trabajador de la rula y también angulero.
No entra angula ni en Ribadesella y tampoco en Llanes, aunque el pescador José Gavito describió ayer que en los días pasados "sí hubo alguna". Esto sucedió en la playa de San Antolín, porque en Santa Marina "están toda la noche para coger cien gramos cada uno", apuntó Garuña, quien no encuentra explicación para la escasez. "No sabemos a qué echarle la culpa", añadió.
Sea como fuere, el tiempo casi veraniego que hay estos días y el estado de la mar, "muy tranquila y transparente", han de estar influyendo en que el alevín no se anime a remontar los ríos. Tampoco estas temperaturas agradan a los anguleros, algunos de los que ayer se quejaban de que tanto calor les incomoda durante las largas noches de faena.
