La única manera de conservar el territorio es conociéndolo. Lo dice Olga Suárez, coordinadora del proyecto "La ruta del Sidrón: un viaje hacia la biodiversidad y la cultura de Piloña" que ayer se presentó en el Centro de Desarrollo Rural de El Prial, en Infiesto. Con ella estaban el topógrafo Néstor González, el biólogo Iván Fernández y el historiador Marco de la Rasilla, que apuestan por revalorizar el camino que parte de las casas del Acebal hasta la entrada de la cueva en la que en 1994 se encontraron restos óseos de homo neanderthalensis. Y es que, según explicaron, en el camino se pueden identificar cuatro muestras de flora: desde prados de pastoreo, pasando por castaños y robles con sotobosque escaso hasta la zona de matorral soleada o la que discurre junto a un arroyo. La fauna, con las vacas de la raza asturiana de los valles como principal protagonista, fue otro de los valores puestos en alza, aunque la mayor expectación la levantó de la Rasilla con datos sobre las investigaciones que durante trece años se realizaron en la Cueva de El Sidrón y que sirvieron para encontrar 2.560 restos óseos y alrededor de 400 artefactos líticos.

Durante el acto se dio a conocer "Estudio Pueblos 3", un análisis sociodemográfico directo de 13 núcleos rurales de Piloña desarrollado por la Asociación El Prial y que puede consultarse online de manera gratuita. El estudio, que supone una actualización de dos trabajos desarrollados en 2000 y 2010, incluye el pueblo limítrofe de El Tozu (Caso) y por primera vez el núcleo de Borines. La presidenta de la Asociación El Prial fue la encargada de desgranar los datos más relevantes del estudio, que detectó un ligero envejecimiento poblacional en la zona rural. "Contactamos de forma directa con los habitantes para recoger sus inquietudes e hicimos una encuesta en la que se valoraban equipamientos y servicios, pero también datos sociales como el número de habitantes y su edad o las actividades económicas", contó Fernández. El estudio arrojó datos como que el Riofabar ha perdido la mitad de su población o que en Samalea no hay menores de 18 años, pero también cifras esperanzadoras en Pesquerín o Espinaréu, donde la población joven ha crecido entre 2000 y 2014.

También se puso de manifiesto la importancia de mantener cuidado el acceso a los pueblos para fijar población, algo en lo que el alcalde, el socialista Iván Allende, prometió poner especial atención.

El "Estudio Pueblos 3" incluye un análisis de fortalezas y debilidades que saco a colación las oportunidades que brinda el campo piloñés para hacer frente al éxodo rural y garantizar el relevo generacional, a saber: el aprovechamiento de recursos naturales para el turismo alternativo, las energías renovables, la ecología o la industria agroalimentaria.