El atragantamiento es uno de los accidentes más frecuentes de lo deseado que sufren los niños, principalmente los bebés. Por lo que dar una respuesta rápida y saber actuar correctamente es fundamental para evitar la asfixia. También es clave prevenir y estar atentos, pues los bebés tienden a llevarse objetos y alimentos con frecuenta a la boca porque forma parte de su desarrollo. Por lo que hay que supervisar que no tengan acceso a piezas pequeñas con las que puedan atragantarse. Pero cualquiera, niño o adulto, puede atragantarse mientras come. Si todas las precauciones han sido pocas, lo importante es controlar los nervios para no quedarse bloqueados y también es fundamental alertar cuanto antes al servicio de emergencias 112.
El coordinador de Protección Civil de Piloña, Francisco Rodríguez, indica que en caso de atragantamiento, lo primero es ver si la víctimas tiene obstruidas las vías respiratorias y tener cuidado para no causar un daño cervical, especialmente si es un bebé, pues su cuello es mucho más frágil. Rodríguez recomienda poner el práctica lo que se conoce como VOS: ver (si tiene algún objeto extraño), oír (si respira) y sentir (si el tórax sube y baja y está amoratado). En el caso de que el atragantado tenga algún elemento en la boca, hay que retirarlo pero después de cerciorarse bien de que se puede sacar correctamente, porque de lo contrario la situación puede empeorar. Si la víctima no respira y si es un lactante (hasta 1 año) se realiza la maniobra de Heimlich en bebés, que consiste en ponerlo boca abajo en el brazo o sobre una pierna, un poco inclinado, y darle cinco palmadas o golpes secos con la parte dura de la mano en la espalda, hacia la mitad de los omóplatos. Luego, se gira y se le dan cinco masajes con dos dedos en la mitad del pecho hasta que expulse el objeto extraño o vomite. "El problema es que entre en parada cardiorrespiratoria", advierte Rodríguez.
En el caso de que esté inconsciente y no respire hay que proceder a realizar la respiración artificial (que puede ser boca-nariz) y el masaje cardíaco. En el caso de lactantes hay que hacer 5 insuflaciones de rescate previas. Si no recupera, se recurre a series de 30 masajes con dos dedos y dos insuflaciones. Con el aire que tenemos en la boca es suficiente. Hay que repetir la maniobra hasta que empiece a respirar o lleguen los servicios médicos.
En el caso de niños de más edad (de un a ocho años) o adultos, cuando se atragantan y hay una obstrucción de las vías respiratorias, en general, se llevarán la mano al cuello y empezarán a toser como un mecanismo natural de defensa para expulsar el cuerpo extraño. "Hay que animarle a toser y ponerle de pie, pero con cuidado no se desmaye y se haga daño", indica el coordinador de Protección Civil de Piloña. Eso sí: "Nada de darle de comer o beber. Está terminantemente prohibido". La tendencia habitual es ofrecerle agua, pero el resultado puede ser peor. Si con toser no consigue expulsar el objeto o alimento que haya tragado, hay que propinarle unos golpes secos en la espalda, repitiendo la acción en varias ocasiones.
Si tampoco fuera efectivo, hay que practicar la citada como maniobra de Heimlich. En este caso, consiste en coger por detrás a la víctima y cerca del cuerpo comprimir. Para saber en qué zona hay que colocar el puño cerrado y un poco ladeado, se toma como referencia el ombligo y se cuentan dos dedos hacia arriba. Justo en ese punto hay que apretar hacia arriba hasta que salga el cuerpo extraño. Si es una persona obesa o se ha desmayado, hay que tenderla boca arriba en el suelo y realizar así la maniobra.
Si el atragantado no respira y está inconsciente se reanimará alternando 30 masajes cardíacos (una mano para niño y dos para adultos) y 2 insuflaciones de aire en la boca tapando la nariz. Pero lo "importante es mantener la calma y avisar al 112", insiste Francisco Rodríguez. Si se logra recuperar a la víctima se debe colocar en posición lateral de seguridad.
