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Profesores bancarios en Arriondas

Los premiados con la lotería del Instituto temen que las trabas impuestas para cobrar las papeletas dificulten la financiación de los próximos viajes de estudios

Los profesores del instituto El Sueve de Arriondas compaginan su labor educativa con la de bancarios un par de veces por semana. Concretamente, los martes y los jueves, en horario de 10.00 a 13.00 horas. Lo hacen para poder pagar las participaciones del viaje de estudios de 4º de la ESO a Benidorm y Peñíscola, premiadas con 44 euros cada una en el sorteo de la lotería de Navidad. Y es que el banco que tuvo el contrato de custodia de las papeletas, La Caixa, no puede pagar directamente a los agraciados al tratarse de una cuenta perteneciente a la Consejería de Educación, que exige que los premiados se identifiquen antes de sacar el dinero del banco, en un momento en el que todo lo concerniente a cuentas públicas se mira con lupa para evitar fraudes.

La situación ha creado cierto malestar entre algunos premiados, por lo incómodo de la gestión, que requiere hacer cola en el instituto, rellenar un papel, presentar el DNI, recibir un cheque nominativo, hacerle una fotocopia y acudir a la entidad bancaria a cobrarlo. "Lo normal es que quienes se encargan del viaje hubieran hecho una cuenta aparte para poder cobrar el dinero directamente en el banco y no andar dando vueltas", comentaban ayer quienes hacían cola en La Caixa de Arriondas. La mayoría se mostraban comprensivos con la situación, aunque lamentaban el perjuicio que puede tener para los jóvenes de cara a sufragar futuros viajes. "Los críos son los que pasan el mal trago. Si ya les costaba vender una papeleta, con tanto lío el próximo año nadie va a querer comprarlas", explicó el vecino Jorge Villar, tras hacer cola frente a la puerta de la dirección para obtener el cheque nominativo. "La Consejería prefiere tener a cuatro trabajadores del Instituto trabajando antes que sentarse a negociar con el banco para que emita una orden de pago directa", apuntó el parragués.

En la misma línea se expresaba María Rivero, que ayer se acercó al Instituto con 15 papeletas de familiares y amigos para evitarles la gestión. Su hija Marta vendió tres talonarios para sufragar el viaje de estudios y algunas de las papeletas llegaron hasta San Sebastián y Madrid porque su padre es camionero. "Los críos no tienen la culpa de nada, si tanto agobio les causa cobrar la lotería, pues que la dejen en beneficio del viaje de los chavales", contó.

Menos comprensivos se mostraban agraciados como María Jesús Hernanz, de Covadonga. La mujer bajó la semana pasada al banco de Arriondas y se encontró con que no podía cobrar la papeleta directamente. Tuvo que volver ayer para realizar la gestión desde el Instituto. "Es mucho lío, lo lógico es que se pudiera cobrar directamente en el banco".

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